Ignacio nos traslada esta carta, que con motivo del desfile de la Fiesta Nacional, ha mandado un soldado. En su texto se aprecia una educadísima decepción por haber sido objeto de una descortesía. La carta dice así:
«Estimados señores políticos: soy un soldado español que todos los años desfila, si no con mi presencia, sí con el corazón, en este día de nuestra Fiesta Nacional. Este año, como no podía ser menos, y a pesar de los recortes (desfilar con el corazón es gratis), también he desfilado por el Paseo de la Castellana, feliz por sentirme arropado por mis conciudadanos. Pero al llegar a la tribuna de autoridades y volver mi vista a la derecha, he visto apenado muchos huecos entre los presidentes autonómicos, diputados y senadores sin distinción de partidos políticos. Y no sólo apenado, sino también ofendido, y me imagino que alguno de ustedes tendrá la curiosidad de saber los motivos de la tristeza y la ofensa.
Porque son ustedes los que me llaman cuando arde el monte, cuando una riada causa estragos, o cualquier otra desgracia en la que sea necesaria, para paliarla, mi presencia, mi esfuerzo y mis conocimientos. Porque son ustedes los que, con el sólo gesto de pulsar un botón en el Parlamento, deciden que vaya a jugarme la vida por España en Afganistán, Kosovo, Líbano o cualquier otro destino, y algunas veces la pierda. Porque son ustedes los que esperan que en caso de necesidad –(ojalá no la haya nunca)–, yo esté preparado para darlo todo en defensa de mi país y mis conciudadanos, incluso la vida. ¿Les parecen a ustedes suficientes motivos? Algunos de ustedes han alegado problemas de agenda, otros que ésta no era su Fiesta… pero cuando ustedes me llaman y reclaman y me ordenan, yo no miro mi agenda ni compruebo si para mí es fiesta o no. Simplemente voy.
Ustedes me piden que dé la vida, si fuera necesario, a cambio de un sueldo irrisorio para lo que se espera de mí, de mi vocación de servicio y de mi amor a España, y yo en cambio sólo les pido una hora de su tiempo, sólo una hora cada año, para que demuestren respeto y reconocimiento por mi labor. Es una pena que ustedes, que dicen representar al pueblo, no estén a la altura de ese pueblo, que sí sabe reconocer y agradecer mi esfuerzo y dedicación. Pero estén ustedes tranquilos. Cuando, si fuera necesario, me llamen para colaborar en la solución humana de cualquier estrago, o para que me separe de mi familia para ir a un país lejano a ponerme delante de las balas que no son mías, allí estaré, no por ustedes, sino por mis conciudadanos.
Hoy era mi fiesta, nuestra Fiesta, y ustedes no han estado ahí. Así, que con el debido respeto …¡¡¡que los zurzan!!! Por cierto, yo, como militar, como todos mis compañeros, he recortado un 65% el gasto del desfile de la Fiesta Nacional en atención a la grave situación que atravesamos, aplíquense ustedes el cuento.
Fuente: La Razón, El Diario Militar
4 comentarios:
en el desfile de mi profesión se ha recortado un... ah espera, ¿qué es esto de salir un día a la calle a mostrar cuántos somos? todas las profesiones y oficios hacen este país, y todos estamos disponibles en nuestros trabajos, y los recortes nos los hacen en sueldo, sanidad, educación... ojalá tuviésemos un desfile y fuese ahí donde nos recortasen.
Sr Anónimo,
Es razonable lo que dices y más en un pais con 6 millones de parados y mucha miseria por las calles, pero ¡ coño! deja que este Soldado también muestre su indignación, porque lo que dice también es muy cierto y en su trabajo arriesgan la vida en mayor medida que tú en tu trabajo.
Así que repétale en su denuncia como yo habría respetado la tuya si la hubieras manifestado con elegancia, en vez de con tu comentario tan poco cariñoso para con el Soldado.
Toda mi solidaridad, reconocimiento y afecto para el Soldado y sus compañeros Militares, por su heróica tarea.
yo es que sí me sentí ofendida por el comentario del soldado, y por la demostración de fuerza que hacen todos los años. Hay otras personas que arriesgan sus vidas y no por ello se gastan el dinero en mostrarnos su poderío en un desfile (los bomberos son el mejor ejemplo que se me ocurre). Y el trabajo de los que no arriesgamos nuestras vidas a diario también es importante. Creo que lo que más me ha molestado es lo de que si le llaman no mira la agenda, pues como todos en nuestro trabajo, que adaptamos la agenda al trabajo y no al revés. Me ha parecido un exceso de superioridad. Con la de cosas que hay para mejorar, y este señor dice que es que han recortado un 65% en un desfile, y que faltaban algunas autoridades. Pues al menos nos ahorramos un poco en sus viajes y dietas, o igual querían disfrutar un día festivo.
Vaya, Vaya con la Sra ofendida que no admite que, igual que ella está indignada por "lo suyo", el Soldado se indigne por lo de él... Venga, Sra, y acepte que cada cual se queje de lo que le fastidia... y si no aprendemos a comprender y a aceptar las quejas de los demás eso quiere decir que somos peores que quienes producen nuestras indignaciones.
Y que Ud se lo indigne bien Señora.
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