La fama de que gozaron los canteros del Valle de Buelna sobre todo en los últimos siglos es una asignatura pendiente en su historiografía que corre un peligro muy real de quedarse en el olvido de no acometer sin más dilación el estudio en profundidad que requiere este antiguo colectivo de artesanos de la piedra.
Es consabido que dichos canteros no solamente dejaron su impronta en esta comarca y en la región, principalmente entre los siglos XVI y XIX, sino que algunos de ellos también tomaron parte en distintas construcciones muy emblemáticas de España.
La decadencia del gremio fue notable en el siglo XIX aunque su extinción casi total no se produjo hasta mediados del XX, principalmente por la irrupción en el sector de la construcción de los bloques de hormigón prefabricado en la década de los años sesenta.
Por esa época ejercía el oficio de cantero en Los Corrales de Buelna Manuel LLovio Foyo, que tomó parte en las obras de construcción de la iglesia de San Ramón, la última de las parroquias creadas en Los Corrales de Buelna a expensas de Dª Adela Secades Abarca, viuda de Ramón Quijano de la Colina, y que comprende distintos barrios de la zona de Lombera.
Este vecino de Juan XXIII, barrio construido posteriormente al templo y que quedaría adscrito a la nueva parroquia, alternaba sus trabajos canteriles con la especialidad de marmolería, cesando en ambas dedicaciones laborales a comienzos de los años setenta con su incorporación a la entonces nueva empresa corraliega “Authi, S.A.” (Automóviles de Turismo Hispano Ingleses).
Sin embargo sus amplios conocimientos sobre el labrado de las piedras lo ha tenido de siempre en sus genes, ya que es natural de Bostronizo, cuna también de excelentes canteros que en los años cuarenta hicieron una réplica exacta de la Rueda de Barros, símbolo destacado del escudo de Cantabria.
De ahí que ya como hobby y recuerdo especial de los oficios en los que durante largo tiempo demostró gran destreza, primero alternándolo con su jornada en la empresa siderometalúrgica y en los últimos años como jubilado, ha venido realizando diversos trabajos siempre muy ponderados por los vecinos de Los Corrales de Buelna.
Entre los últimos está un monolito que en homenaje a las gentes del campo se instaló delimitando en el Monte Brazo los pueblos de Bostronizo y Los Corrales de Buelna. La enorme piedra, de más de una tonelada, fue tallada por Manuel LLovio Foyo con la siguiente inscripción: “En honor a los ganaderos de Buelna y Bostronizo, año 2009”.
Igualmente en el mismo lugar tomó parte muy activa en la construcción después de un refugio de montaña en piedra levantado a iniciativa del “Grupo de Montaña Orza”, entusiasta grupo deportivo corraliego que cuenta ya con casi seis lustros organizando distintas actividades en innumerables elevaciones tanto de Cantabria como de otras regiones.
Todo este tipo de trabajos han sido siempre realizados por LLovio Foyo de forma totalmente desinteresada Así lo viene haciendo últimamente con interesantes obras que requieren mucha delicadeza en su talla, como son las réplicas de los antiguos relojes de sol para regalar a sus amigos e instalarlos en las fachadas de sus viviendas unifamiliares.
(Manuel falleció en Torrelavega, el día 20 de junio de 2013, a los 77 años de edad)
6 comentarios:
También son conocidos por sus habilidades en Andalucía en donde aún quedan vestigios de su buen hacer, es el caso de la Catedral-Fortaleza de Almería a donde acudieron canteros del país vasco y Cantabria asentándose mas tarde y quedando sus apellidos como huella de su paso.
Y no olvidar que Juan de Herrera se llevó, para levantar la Catedral de Valladolid y después el Escorial, a los excelentes Canteros de Buelna, no había otros mejores. Sus obras adornan casi toda España.
Tristemente, el 20/06/2013 fallecía Manuel, en Torrelavega, siendo enterrado en Los Corrales de Buelna.
Mi padre, Paulino Laguillo García-Bárcena, autor de este sentido artículo, escribió un libro muy documentado sobre los canteros del valle, titulado "Cinco siglos de Cantería en el Valle de Buelna", de la editorial Estvdio. Está dedicado a su abuelo paterno, mi bisabuelo Anselmo Laguillo de Herrera y Fernández de la Colina, que también fue cantero. Gracias.
Un cantero de Buelna me tie guardado un corazón de piedra, no me lo ha dado................
Dice una canción montañesa
Los Garcilaso la tienen en su repertorio
Viva nuestros canteros
L
Isabel,
Un fuerte abrazo para tí y decirte que compartí con él muchos años, pupitre y actividades deportivas, que, aunque no practicara deporte de forma directa (lo suyo era la escritura), siempre estuvo detrás de los equipos de cualquier deporte que hubiera, sobre todo en San Felices. Excelente, excelente persona donde las hubiese.
Debes sentirte muy orgullosa de él.
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