Toda la sociedad está de acuerdo en que se promuevan fórmulas para acabar con la violencia en el deporte, y ya se han adoptado medidas encaminadas a tal fin.
Los escépticos estamos esperando la aplicación de las mismas, donde veremos cómo se castiga ejemplarmente al débil, exculpando al poderoso. Tenemos ya un antecedente cuando, tanto el Barcelona como el Racing de Santander, ante el mismo hecho de retirarse de la competición de copa, recibieron distinto trato ya que, mientras que el primero se vio “casualmente” favorecido por una amnistía deportiva, el Racing no gozó de esa fortuita gracia, a la que solamente suelen tener acceso los más poderosos, no teniendo los débiles ese tipo de “suerte”, por lo que tuvo que cumplir la sanción impuesta.
Lo malo es que la ciudadanía también reclama medidas para solucionar otros actos, tan importantes como éstos o más, como son los que han dividido a la sociedad catalana enfrentándola entre sí, y a estos con el resto de España, sin valorar los potenciales efectos negativos que pueden llegar a ocasionar una importante fractura social. Se ha vulnerado la Constitución con una consulta secesionista, utilizando fondos públicos, sin que se haya hecho nada para sancionar estos actos, a todas luces censurables.
Parece ser que las medidas, como casi siempre, se toman para reparar acciones que habitualmente realiza la clase más necesitada, tratando de dar una imagen de justicia seria para los acontecimientos menores, mientras que para los mayores (materializados generalmente por la “casta” política), la justicia o se ralentiza sospechosamente o mira para otro lado, o ambas cosas a la vez.
A. José Salas, en Cartas al Director, de El Diario Montañés
Los escépticos estamos esperando la aplicación de las mismas, donde veremos cómo se castiga ejemplarmente al débil, exculpando al poderoso. Tenemos ya un antecedente cuando, tanto el Barcelona como el Racing de Santander, ante el mismo hecho de retirarse de la competición de copa, recibieron distinto trato ya que, mientras que el primero se vio “casualmente” favorecido por una amnistía deportiva, el Racing no gozó de esa fortuita gracia, a la que solamente suelen tener acceso los más poderosos, no teniendo los débiles ese tipo de “suerte”, por lo que tuvo que cumplir la sanción impuesta.
Lo malo es que la ciudadanía también reclama medidas para solucionar otros actos, tan importantes como éstos o más, como son los que han dividido a la sociedad catalana enfrentándola entre sí, y a estos con el resto de España, sin valorar los potenciales efectos negativos que pueden llegar a ocasionar una importante fractura social. Se ha vulnerado la Constitución con una consulta secesionista, utilizando fondos públicos, sin que se haya hecho nada para sancionar estos actos, a todas luces censurables.
Parece ser que las medidas, como casi siempre, se toman para reparar acciones que habitualmente realiza la clase más necesitada, tratando de dar una imagen de justicia seria para los acontecimientos menores, mientras que para los mayores (materializados generalmente por la “casta” política), la justicia o se ralentiza sospechosamente o mira para otro lado, o ambas cosas a la vez.
A. José Salas, en Cartas al Director, de El Diario Montañés
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