En las generaciones anteriores a las actuales, la mayoría de la gente se casaba y permanecía unida a la misma persona de por vida. Sin embargo, en las últimas décadas este tipo de estabilidad matrimonial ha sido limitada. Es evidente que nos estamos dirigiendo a un futuro con matrimonios cada vez más frágiles...
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Hubo un tiempo donde el hombre y la mujer eran complementarios porque de otra manera no se podía subsistir. El hombre realizaba tareas más adaptadas a su condición física y la mujer se dedicaba a las que la suya le permitía hacer, además de la crianza de retoños que ya era bastante. En definitiva, era imperativo acatar los roles de cada uno si se quería sobrevivir.
Hoy en día, los roles de la mujer y del hombre son prácticamente los mismos (salvo parir) y se ha despertado un sentimiento de rivalidad en busca del éxito personal.
Es decir, hemos pasado de ser necesarios el uno para el otro a convertirnos en rivales que nos disputamos la posición.
El tiempo dirá como acabará la odisea.
Dios, o la naturaleza, ha hecho a los hombres y mujeres distintos genética, física, psíquica, sexual, hormonal y hasta emocionalmente, al igual que al resto de animales del ecosistema.
Lo lamentablemente es que, mientras al resto de animales no los preocupan estas diferencias y cada uno es feliz realizando las funciones para las que fue creado, a los hombres y mujeres se nos han inculcado que somos iguales, provocando indirectamente la rivalidad y el enfrentamiento.
Lo inteligente sería aceptar esas maravillosas diferencias ya que, usadas de forma adecuada, pueden enriquecernos a ambos y lograr que hombres y mujeres nos entendamos y aceptarnos como somos, para juntos y aprovechando las sinergias de esas diferencias, avanzar en la misma dirección.
Lástima que esta perspectiva no sea lo políticamente correcta para ser aceptada, por lo que seguiremos ahondando en el error, para satisfacción de quienes se aprovechan de esta corriente igualitaria, que va contra natura, siendo una de las causas y el caldo de cultivo de la desestructuración de la familia.
Que es muy fácil Sres/as: La mujer debe ser Femenina ( ser Mujer ) y el hombre Masculino ( ser Hombre )y la sociedad debe articular su funcionamiento para que cada cual se realice personal y profesionalmente... y que cada cual tenga los mismos derechos y deberes. Y sus comportamientos deben ser consustanciales con sus profesiones y con su sexo.
Solamente hay una diferencia, a favor de la mujer, en cuando a derechos: LA MUJER, UNA VEZ DENTRO DEL PROCESO DE GESTACIÓN DE UN NUEVO SER HUMANO, ¡ ES SAGRADA ! Y ES DEBER DE TODA LA SOCIEDAD APOYARLA, PROTEGERLA Y BIEN CUIDARLA... HASTA QUE SU BEBÉ DEJE DE NECESITARLA AL 100%
Somos imperativamente complementarios ( 50% + 50% ) pero las feministas y los machistas, todo lo que tocan lo joden.
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