Uno de los conciertos más esperados de todo el verano no ha podido tener peor final: Enrique Iglesias desató anoche la furia de más de 30.000 fans que se habían congregado en el estadio de El Sardinero para ver al artista y que terminaron el concierto con pitidos, abucheos gritos de 'fuera, fuera' y 'manos arriba, esto es un atraco'.
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