La reciente implantación por parte de los políticos, secundada por los jueces en algunas autonomías, del toque de queda no ha servido nada más que para dar instrucciones a nuestros jóvenes para actuar en consecuencia. Los integrantes de botellón ya saben que tienen que adquirir el alcohol antes de las 8 de la tarde, para posteriormente trasladarse al municipio más próximo al propio donde no esté implantada esa medida. Una vez allí saben que pueden consumir alcohol, dejar todo el espacio donde lo hacen como si hubiera habido una batalla campal, armar todo el escándalo que estimen oportuno hasta las 6 de la mañana, hora en que ya pueden volver al municipio de origen. La brillante decisión de nuestros políticos en la que han participado los jueces con idéntico despropósito han conseguido que nuestros jóvenes realicen una ruta turístico-gastronómica durante los fines de semana. Lo malo de esto es que en su recorrido trasladen al "bicho" de las zonas de mayor riesgo a las de menor, en una "inteligente" medida de distribución equitativa del coronavirus.
A. José Salas ,en Cartas al Director de El Diario Montañés.
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