Qué frustración cuando leo, u oigo, una entrevista a alguien que tiene cosas interesantes que decir, y llega el final y todo ha sido responder a preguntas... ¿Seguro que lo mejor que podía decirnos esa persona, era lo que respondió al entrevistador? Debería dejarse que el entrevistado pudiera aprovechar para manifestar algo que, quizá, él querría haber dicho en esa ocasión; un buen periodista no puede perder esa oportunidad. Sé que hay modas, temporadas, en la manera de entrevistar; y recuerdo que, cuando estudiaba bachiller, me enseñaron que a lo largo de una entrevista se podían tornar los papeles, en cierto momento, entre entrevistado y entrevistador. Pero nunca lo he vuelto a ver. Quizá en EE.UU., el país donde nació la "terapia centrada en el cliente", se haga a veces como sugiero. Sé que parece difícil ponerlo en práctica, pero alguna manera habrá. Y si no, consúltenle al entrevistado.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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