Había un bar cerca del centro, en Santander. Un bar modesto, popular, donde íbamos a tomar el blanco. La zona empezó a tomar auge, el bar quedó rodeado de locales VIP... ¡se estaba infrautilizando! Aprovechando la pandemia, transformó su decoración y oferta gastronómica. Ahora tiene otra clientela, de más poder adquisitivo. Yo he dejado de ir, pero al dueño, que no ha cambiado (bueno, ahora viste de otra manera), le compensa. ¿Es un traidor sin conciencia de clase? Entonces, con los pisos turísticos, quizá la ley debería decir: tú, que viniste de pobre y curraste hasta comprar dos pisos, y luego decidiste dedicar uno de ellos a ganar algo más, para poder dar carrera a los nietos, tú puedes hacerlo; y tú, que eres demasiado rico y que siempre lo fuiste, y te has dedicado a comprar pisos solo para serlo aún más, tienes que ponerlos para vivienda, y a precio limitado. Si se ha hecho discriminación positiva con las mujeres, ¿no se podría hacer con la renta de los propietarios?
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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