El pequeño Santuario de Nuestra Señora de la Cuesta, en Los Corrales de Buelna, se llenó este domingo para celebrar el día de La Candelaria. Un templo que alberga muchas historias ligadas a la fe de ese día, una de ellas la posibilidad de conceder indulgencia plenaria; otra, la concesión de gracias para evitar epidemias como la del cólera, que arrasó en el siglo XIX España.
La primera se basa en una bula a perpetuidad concedida en el siglo XVIII por el entonces Papa Pío VI. En su mandato otorgó la identidad propia de la Diócesis de Santander y, poco después, a petición del que era párroco de Los Corrales de Buelna, Pedro González Bustamante, un Jubileo Perpetuo coincidiendo con dos fiestas señaladas, Nuestra Señora de la Candelaria, 2 de febrero, y Santa Ana, 26 de julio.
El párroco, Francisco Lledías, recuerda siempre la divina "gracia" concedida por Pio VI. La historia parte de la petición que el párroco Pedro González Bustamante cursó a través del nuevo Obispado de Santander a Su Santidad. El Santo Padre vio con agrado la petición y concedió y emitió una bula que rezaba lo siguiente: "A las personas que de uno y otro sexo que habiendo confesado y comulgado visitaren devotamente el Santuario de Santa María de la Cuesta desde las primera vísperas hasta el día siguiente puesto el sol en los días de la Purificación de Nuestra Señora y Santa Ana ganan indulgencia plenaria y remisión de todos los pecados pidiendo la paz y concordia entre los príncipes cristianos buen estado y aumento de nuestra Santa Madre Iglesia. Siendo párroco Pedro González Bustamante".
La primera se basa en una bula a perpetuidad concedida en el siglo XVIII por el entonces Papa Pío VI. En su mandato otorgó la identidad propia de la Diócesis de Santander y, poco después, a petición del que era párroco de Los Corrales de Buelna, Pedro González Bustamante, un Jubileo Perpetuo coincidiendo con dos fiestas señaladas, Nuestra Señora de la Candelaria, 2 de febrero, y Santa Ana, 26 de julio.
El párroco, Francisco Lledías, recuerda siempre la divina "gracia" concedida por Pio VI. La historia parte de la petición que el párroco Pedro González Bustamante cursó a través del nuevo Obispado de Santander a Su Santidad. El Santo Padre vio con agrado la petición y concedió y emitió una bula que rezaba lo siguiente: "A las personas que de uno y otro sexo que habiendo confesado y comulgado visitaren devotamente el Santuario de Santa María de la Cuesta desde las primera vísperas hasta el día siguiente puesto el sol en los días de la Purificación de Nuestra Señora y Santa Ana ganan indulgencia plenaria y remisión de todos los pecados pidiendo la paz y concordia entre los príncipes cristianos buen estado y aumento de nuestra Santa Madre Iglesia. Siendo párroco Pedro González Bustamante".
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