Parece que actualmente se ha dado un gran paso para la equiparación entre el hombre y la mujer. Pero los hay que creemos que se discrimina a la mujer cuando se la asigna un porcentaje de participación en cualquier actividad, y más concretamente en las elecciones. Creo que ésta se encuentra perfectamente capacitada para alcanzar - por sus propios medios-, el éxito personal, profesional o político sin necesidad de que la regalen nada solamente por ser mujer. Su presencia debiera ser la generada por sus propios méritos, y no por el mero hecho de tener que respetar unos porcentajes establecidos previamente.
¿Además porqué va a ser el 50% el porcentaje asignado a las mujeres, cuando puede ser que se merezcan el 70%? O en el caso de que solamente se merecieran una representación del 30%, ¿por qué se le asigna a la mujer una mayor participación?
Si de verdad queremos hacer un reparto justo de la representatividad de la población ¿por qué no establecemos, por ejemplo, que el 40% de nuestros representantes políticos sean adultos, el 30% ancianos, el 20% jóvenes y el 10% restante parados? ¿Porqué se le priva a la sociedad de la fuerza y vitalidad de la juventud y de la experiencia de nuestros ancianos o se deja sin voz a un colectivo tan desprotegido como los parados? ¿Quién defiende los intereses de otros grupos marginados tales como inmigrantes, gitanos, homosexuales, etc., si no tienen representación política propia? ¿Es que estos grupos no tienen el mismo derecho que las mujeres a tener su cuota de representatividad política en nuestra sociedad?
Pienso también que, pudiera tratarse de una maniobra en la que indirectamente se trata de conseguir el voto femenino, de gran importancia a la hora de decidir qué partido gana las elecciones, para una vez haber sido utilizadas para ese fin, darlas las migajas del festín.
A. José Salas en Cartas al Director de El Diario Montañés
¿Además porqué va a ser el 50% el porcentaje asignado a las mujeres, cuando puede ser que se merezcan el 70%? O en el caso de que solamente se merecieran una representación del 30%, ¿por qué se le asigna a la mujer una mayor participación?
Si de verdad queremos hacer un reparto justo de la representatividad de la población ¿por qué no establecemos, por ejemplo, que el 40% de nuestros representantes políticos sean adultos, el 30% ancianos, el 20% jóvenes y el 10% restante parados? ¿Porqué se le priva a la sociedad de la fuerza y vitalidad de la juventud y de la experiencia de nuestros ancianos o se deja sin voz a un colectivo tan desprotegido como los parados? ¿Quién defiende los intereses de otros grupos marginados tales como inmigrantes, gitanos, homosexuales, etc., si no tienen representación política propia? ¿Es que estos grupos no tienen el mismo derecho que las mujeres a tener su cuota de representatividad política en nuestra sociedad?
Pienso también que, pudiera tratarse de una maniobra en la que indirectamente se trata de conseguir el voto femenino, de gran importancia a la hora de decidir qué partido gana las elecciones, para una vez haber sido utilizadas para ese fin, darlas las migajas del festín.
A. José Salas en Cartas al Director de El Diario Montañés
No hay comentarios:
Publicar un comentario