Lo que es un incidente cotidiano en Irak y Afganistán se convirtió aquí en tragedia nacional, consideran críticos de las políticas que promueven la violencia tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Expresiones e imágenes de pesar, horror, tristeza y lágrimas se difundieron por todo el país en el transcurso del día, al igual que una ceremonia transmitida a nivel nacional por todas las cadenas en el lugar de los trágicos hechos, a la que asistieron el presidente George W. Bush, el gobernador de Virginia, Tim Kaine, legisladores, funcionarios universitarios y líderes religiosos.
Sin embargo, para algunos es notable la capacidad de los políticos de lamentar la violencia aquí mientras ordenan a jóvenes, como los que estudian en Virginia Tech o en preparatorias como Columbine, viajar al otro lado del mundo para disparar y matar a otros jóvenes allá.
El rabino Arthur Waskow, director del Centro Shalom y autor de 20 libros, manifestó: "tenemos a un gobierno de hombres viejos que convierten a las armas y las bombas en ídolos para la adoración de su propio poder. ¿Es sorprendente que jóvenes en Afganistán y Virginia usen tales armas para adorar su propio poder?" El rabino afirmó que no hay justificaciones para estos homicidios. "Pero tampoco para la arrogancia oficial que por ninguna razón legítima envía ejércitos a destrozar Irak, o la arrogancia oficial que convierte la propiedad de armas de asalto en un derecho constitucional". Concluyó que si el presidente está en verdad horrorizado por la matanza en Virginia, de inmediato tiene que prohibir la venta de armas de asalto y retirar a las tropas de Irak, "de una ocupación que es igual de criminal, y tan enraizada en la adoración de la violencia, como los asesinatos en Virginia".
Expresiones e imágenes de pesar, horror, tristeza y lágrimas se difundieron por todo el país en el transcurso del día, al igual que una ceremonia transmitida a nivel nacional por todas las cadenas en el lugar de los trágicos hechos, a la que asistieron el presidente George W. Bush, el gobernador de Virginia, Tim Kaine, legisladores, funcionarios universitarios y líderes religiosos.
Sin embargo, para algunos es notable la capacidad de los políticos de lamentar la violencia aquí mientras ordenan a jóvenes, como los que estudian en Virginia Tech o en preparatorias como Columbine, viajar al otro lado del mundo para disparar y matar a otros jóvenes allá.
El rabino Arthur Waskow, director del Centro Shalom y autor de 20 libros, manifestó: "tenemos a un gobierno de hombres viejos que convierten a las armas y las bombas en ídolos para la adoración de su propio poder. ¿Es sorprendente que jóvenes en Afganistán y Virginia usen tales armas para adorar su propio poder?" El rabino afirmó que no hay justificaciones para estos homicidios. "Pero tampoco para la arrogancia oficial que por ninguna razón legítima envía ejércitos a destrozar Irak, o la arrogancia oficial que convierte la propiedad de armas de asalto en un derecho constitucional". Concluyó que si el presidente está en verdad horrorizado por la matanza en Virginia, de inmediato tiene que prohibir la venta de armas de asalto y retirar a las tropas de Irak, "de una ocupación que es igual de criminal, y tan enraizada en la adoración de la violencia, como los asesinatos en Virginia".
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