Si es usted de los que tiene como problemas prioritarios el paro, el terrorismo, el calentamiento global, la situación de la sanidad, la industria, la agricultura, el cobro de las pensiones, etc, etc., lamento decirle que no tiene nada de progresista.
Hay verdaderos progresistas que, o relativizan estos problemas o deben tenerlos resueltos y dedican primordialmente su tiempo a depurar el lenguaje de vocablos machistas. Como la guía para esta depuración no va a ser la de la Real Academia de la Lengua, sino que el timón lo van a tomar políticos y políticas, además de feministos y feministas, vamos a tener que acostumbrarnos a aceptar miembra como femenino de miembro, o taxisto y dentisto como masculinos de taxista y dentista e incluso, me da la impresión que en aras de este progresismo intelectual, vamos a tener que admitir también pulpo y pulpa como animales de compañía.
Mucho me temo que con estos dilemas estemos reeditando la fábula de los galgos y los podencos, aunque todavía me queda la esperanza de que quienes viven tan intensamente esta injusticia idiomática, que han llegado hasta elaborar un programa informático que depure estos términos machistas, sean pequeños grupos dedicados a llenar de contenido algún ministerio, o a justificar la existencia de algunas asociaciones que viven del subsidio derivado de estos menesteres, porque creo que la gran mayoría de las mujeres tienen otra problemática más a tono con los tiempos que vivimos.
José Salas en Cartas al Director, de El Diario Montañés
Hay verdaderos progresistas que, o relativizan estos problemas o deben tenerlos resueltos y dedican primordialmente su tiempo a depurar el lenguaje de vocablos machistas. Como la guía para esta depuración no va a ser la de la Real Academia de la Lengua, sino que el timón lo van a tomar políticos y políticas, además de feministos y feministas, vamos a tener que acostumbrarnos a aceptar miembra como femenino de miembro, o taxisto y dentisto como masculinos de taxista y dentista e incluso, me da la impresión que en aras de este progresismo intelectual, vamos a tener que admitir también pulpo y pulpa como animales de compañía.
Mucho me temo que con estos dilemas estemos reeditando la fábula de los galgos y los podencos, aunque todavía me queda la esperanza de que quienes viven tan intensamente esta injusticia idiomática, que han llegado hasta elaborar un programa informático que depure estos términos machistas, sean pequeños grupos dedicados a llenar de contenido algún ministerio, o a justificar la existencia de algunas asociaciones que viven del subsidio derivado de estos menesteres, porque creo que la gran mayoría de las mujeres tienen otra problemática más a tono con los tiempos que vivimos.
José Salas en Cartas al Director, de El Diario Montañés
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