MISERIA SINDICAL, UN EJEMPLO PRÁCTICO
El mismo día en que se anunciaba en el Telediario, con mucho fervor, la firma del "pacto social" que supone un golpe mortal a las pensiones públicas, y seguramente el principio de la defunción de la resto de servicios públicos, los alegres sindicalistas de CCOO y UGT se paseaban por los pasillos de RTVE. ¿Su objetivo? Ofrecer, mire usted por dónde, planes de pensiones privados a los trabajadores. Sin ningún pudor y ajenos a la ironía, estos cándidos militantes se dedicaban a ejercer de comerciales de los bancos. Colaboraban así a extender el clima de terror y de "sálvese quien pueda" entre sus "representados" ofreciendo lo que ellos consideran un triunfo sindical.
Básicamente, se trata de dinero que se dejará de pagar a los trabajadores que no quieren contratar ningún fondo de pensión privado por la razón que sea. Por ejemplo, por no fortalecer el poder político de los bancos o sencillamente porque saben que jugarse los ahorros en la bolsa no tiene nada que ver con una pensión. Al final, es con pequeños sobornos como este, como se van ganando adeptos para la causa -la del capitalismo financiero, digo- mientras se convierte el sindicalismo de clase en un sindicalismo de casta y privilegio.
A la vista de cómo asumen UGT y CC.OO la ideología neoliberal, y de cómo la practican sus militantes, uno se pregunta si la distinción que a menudo se hace por benevolencia entre bases sindicales y dirigentes tiene todavía algún sentido. Honestamente, ¿cuanto más pueden aguantar los llamados críticos? Más grave aún que la pobreza económica que procuran a los trabajadores, lo peor es su nefasta contribución a su miseria mental. "Así, no".
[Fuente: Diagonal]
Básicamente, se trata de dinero que se dejará de pagar a los trabajadores que no quieren contratar ningún fondo de pensión privado por la razón que sea. Por ejemplo, por no fortalecer el poder político de los bancos o sencillamente porque saben que jugarse los ahorros en la bolsa no tiene nada que ver con una pensión. Al final, es con pequeños sobornos como este, como se van ganando adeptos para la causa -la del capitalismo financiero, digo- mientras se convierte el sindicalismo de clase en un sindicalismo de casta y privilegio.
A la vista de cómo asumen UGT y CC.OO la ideología neoliberal, y de cómo la practican sus militantes, uno se pregunta si la distinción que a menudo se hace por benevolencia entre bases sindicales y dirigentes tiene todavía algún sentido. Honestamente, ¿cuanto más pueden aguantar los llamados críticos? Más grave aún que la pobreza económica que procuran a los trabajadores, lo peor es su nefasta contribución a su miseria mental. "Así, no".
[Fuente: Diagonal]