José Luis, que se ha levantado inspirado nos regala este poema:
Pongamos derecha la máquina y dejemos enfriar la almohada
sin la atracción de ese sofá donde nunca se nos pierde nada.
Oteando el iluminado horizonte y completada la acción del tostador
degustemos el desayuno , confiando en uno mismo... y en Dios.
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