Ángel nos cuenta que una niña le estaba hablando de las ballenas a su maestra. La profesora dijo que era físicamente imposible que una ballena se tragara a un ser humano porque aunque era un mamífero muy grande su garganta era muy pequeña.
La niña afirmó que Jonás había sido tragado por una ballena.
Irritada, la profesora le repitió que una ballena no podía tragarse a ningún humano; físicamente era imposible. La niña dijo:
- Cuando llegue al cielo le voy a preguntar a Jonás.
La maestra le preguntó:
- ¿Y qué pasa si Jonás se fue al infierno?
La niña le contestó:
- Entonces le pregunta usted.
Una maestra de preescolar estaba observando a los niños de su clase mientras dibujaban. Ocasionalmente se paseaba por el salón para ver los trabajos de cada niño. Llegó donde había una niña que trabajaba diligentemente, y le preguntó qué estaba dibujando. La niña replicó:
- Estoy dibujando a Dios.
La maestra se detuvo y dijo:
- Pero nadie sabe cómo es Dios.
Sin pestañear, y sin levantar la vista de su dibujo, la niña
contestó:
- Lo sabrán dentro de un minuto.
Una niña de siete años admitió calmadamente a sus papás que Luis Miguel la había besado después de la clase.
- ¿Cómo sucedió eso? -Preguntó asombrada su mamá.
- No fue fácil -admitió la pequeña señorita-, pero tres niñas me ayudaron a agarrarlo.
Un día una niña estaba sentada observando a su mamá lavar los platos en la cocina. De repente, notó que su mamá tenía varios cabellos blancos que sobresalían entre su cabellera oscura. Miró a su mamá y le preguntó inquisitivamente:
- ¿Por qué tienes algunos cabellos blancos, mamá?
Su madre le contestó:
- Bueno, cada vez que te portas mal y me haces llorar o me pones triste, uno de mis cabellos se vuelve blanco.
La niña asimiló esta revelación por un rato y luego dijo:
- Mami, ¿por qué TODOS los cabellos de mi abuelita están blancos?
Todos los niños habían salido en la fotografía y la maestra estaba tratando de persuadirlos a cada uno de comprar una copia de la fotografía del grupo.
- Imaginaros qué bonito será cuando ya seáis todos mayores y digáis:
'Allí está Catalina, es abogada', o también 'Ese es Miguel, ahora es doctor'.
Sonó una vocecita desde atrás del salón:
- Y allí está la maestra. Ya se murió
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