Loly nos comenta que en una Universidad Iberoamericana se suscitó una discusión entre el maestro de Economía y sus alumnos sobre la Igualdad.
Los alumnos insistían en que era buena y la mejor forma de gobierno, pues no existían las clases sociales, ni pobres ni ricos, ya que todos eran iguales.
El maestro, quien escuchaba con atención, propuso entonces hacer un experimento y propuso este plan:
- Muy bien, señaló. De aquí en adelante las calificaciones que obtenga cada quien en sus exámenes serán promediadas entre todos los alumnos. Así cada quien obtendrá ese beneficio del estudio y del esfuerzo común.
Al llevarse a cabo el siguiente examen, se vio que las calificaciones promediaban un 7.8 para todos.
Como es natural, los estudiantes que se habían preparado bien estaban inconformes, en tanto que los que NO habían estudiado se encontraban satisfechos y felices.
Al perderse el entusiasmo y el afán de superación el ánimo decayó. Nadie quiso ya estudiar, hacer tareas ni dedicarle más tiempo a la materia. La motivación se desplomó.
Pero cuando presentaron el segundo examen, los estudiantes que estudiaban poco estudiaron menos y los que habían estudiado mucho decidieron no empeñarse tanto, ya que de todos modos no iban a lograr obtener un diez... y también estudiaron menos. ¡El promedio del segundo examen fue de 6.5!
Nadie estuvo conforme. Los buenos estudiantes se quejaron de que no tomaban en cuenta su dedicación, pero los flojos dijeron que sí era justo obtener mejores notas a través del esfuerzo de los demás, pues las calificaciones tenían que obtenerse y repartirse equitativamente entre todos...
Pero cuando se llevó a cabo el tercer examen fue el acabose: el promedio fue de 4 (suspenso)
¡O sea que iniciaron una pequeña revolución!
Los estudiantes empezaron a pelear entre sí culpándose unos a otros por los fracasos obtenidos, hasta llegar a los resentimientos y los insultos, e inclusive a los golpes, ya que ninguno estaba dispuesto a estudiar para que se beneficiaran los otros que no lo hacían.
Y sucedió lo que ya se esperaba. Las notas nunca mejoraron y obviamente, para asombro general, todos perdieron el año escolar en la clase de Economía.
Ya para entonces el experimento estaba latente y bajo la lupa de toda la escuela, y pronto también de toda la comunidad.
El maestro preguntó entonces si comprendían ahora el significado de la Igualdad, en la cual todo es de todos, y a la vez de nadie en particular.
Así es. Las calificaciones que habían obtenido pertenecían a toda la clase y no a cada alumno.
La lección en el aula ha terminado. Ahora corresponde a los lectores meditar sobre este hecho. Hay que observar y evaluar los resultados que se han obtenido. La explicación es sencilla. Simplemente se debe a que el ser humano está dispuesto a sacrificarse trabajando muy duro cuando la recompensa es atractiva y justifica el esfuerzo propio.
Leamos ahora los conceptos que Abraham Lincoln expresó hace ya muchos años:
1.- No se puede crear prosperidad desalentando la iniciativa propia.
2.- No se puede fortalecer al débil debilitando al fuerte.
3.- No se puede ayudar a los pequeños aplastando a los grandes.
4.- No se puede mejorar al pobre destruyendo al rico.
5.- No se puede elevar al asalariado oprimiendo a quien paga los salarios.
6.- No se pueden resolver los problemas mientras se gaste más de lo que se gana.
7.- No se puede promover la fraternidad y el progreso de la humanidad promoviendo e incitando al odio de clases.
8.-No se puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.
9.- No se puede formar el carácter y el valor del hombre quitándole su independencia, su libertad y su iniciativa.
10.- No se puede ayudar a los hombres realizando por ellos permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.
La Humanidad no ha aprendido aún a no caer en excesos y, desafortunadamente, ignora la moderación.
CONCLUSIÓN
Los pensamientos expresados en esta presentación deberían hacernos meditar e invitarnos sacar conclusiones, que si bien no van a estar de acuerdo con las mayorías, deben estar apegadas a la razón.
Finalmente, veamos un Comentario acerca de las MAYORÍAS...
Las mayorías no tienen por qué tener la razón sólo por ser mayoría. No necesariamente.
Tienen superioridad numérica, pero nada más.
2 comentarios:
Perfecto, esto es aplicable al contesto del ejemplo que se utiliza, pero ¿qué ocurre cuando el rico y el fuerte no se conforman con los resultados que obtienen? Pues probablemente intentarán repartir menos de lo que deberían para seguir manteniendo los objetivos que se habían fijado de antemano.
En todo tipo de sociedad, además de principios filosóficos y otros, debe aplicarse también el sentido común y otro no menos válido que se llama solidaridad.
El amigo anónimo todo lo que dice suena muy bonito incluso pretende que se aplique el sentido común, que como todos sabemos, aemás de ser el menos cumún de los sentidos, ya hemos visto cómo lo aplican nuestros poíticos, construyendo aeropuertos donde no aterrizan aviones, estaciones sin trenes y procurando trincar todo lo que pueden, incluso aquellos partidos o sindicatos que dicen aplicar principios solidarios.
Sobre esos principios solidarios se han hecho hasta chistes, como aquel que repartía todos los bienes que no tenía, pero cuando tocó compartir la bicicleta se negaba, porque bicicleta sí tenía y esa no la quería compartir.
Publicar un comentario