En la localidad croata de Zadar se halla el órgano más grande del mundo; pero no lo busquen en una iglesia, se encuentra en las escalinatas que bajan al agua, en la costa. En una fascinante colaboración entre el hombre y la naturaleza, las armoniosas notas del órgano de 75 metros de largo suenan precisamente gracias al vaivén de las olas.
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