Me llamó la atención el respeto que los naturales tienen por los caminantes. Ceden con cortesía la prioridad en los pasos de cebra o en los cruces de carretera, para no entorpecer su marcha y ponen todo su empeño en facilitar todos los medios para que su estancia sea lo más agradable posible.
Pude comprobar que tampoco abusan en los precios de los artículos, ya que tienen un valor razonable, cuando podían aprovecharse de la gran afluencia de visitantes para incrementar el valor de los productos.
Como único pero, me llamó la atención que así como tienen red wifi gratuita en casi todos los establecimientos, son reacios a cobrar con tarjeta. Pienso que el espíritu ahorrativo del que son portadores los gallegos, hace no solamente que no quieran pagar al banco la posible comisión que los cargue por este servicio, sino que posiblemente conlleve el que con más asiduidad de lo deseable, se los “olvide” declarar como ingresos los derivados de aquellos cobros en los que el dinero no dejó ningún tipo de rastro.
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