Cuando hablamos con personas que han superado un cáncer, siempre hacen referencia a lo importante que fue para ellos el apoyo de su familia y amigos. Pero entonces, ¿qué sucede con aquellos que no tienen ese apoyo a su alrededor?
Estimamos en 40.000 las personas que padecen cáncer y viven solas. Personas que no pueden compartir los buenos y malos momentos de la enfermedad con nadie, que no tienen quien les acompañe para ir al médico. Desde la AECC se pretende no dejar solo a nadie. Por eso más de 5.000 voluntarios realizan labores para apoyarles emocionalmente y acompañarles durante su enfermedad.
En el proceso de superación del cáncer, el sentirse acompañado es vital. Está demostrado que las personas que viven solas tienen peor calidad de vida que las que pasan por la enfermedad acompañadas. El envejecimiento de la población y el aumento de los casos de cáncer hace que cada día haya más personas que padecen esta enfermedad en solitario.
El cáncer va mucho más allá de los tratamientos, supone una lucha en la que sentirse acompañado y apoyado marca la diferencia.
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