Laura y yo hemos ido a Madrid a buscar a nuestro hijo Alberto para que pudiera venir a pasar unos días a Santander, coincidiendo con la semana de fiestas. Durante nuestra estancia allí, hemos tenido un excelente tiempo soleado y con temperaturas de 30 grados, muy distinto al de aquí.
Según veníamos de vuelta decidimos pasar por Segovia para, entre otras cosas, poder apreciar en toda su magnitud la gran obra del Acueducto, antes de que se lleve a efecto la absurda petición de aplicación de la Memoria Histórica, que podrás ver si pulsas sobre la fotografía.
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