Lejos (literalmente) quedan Indianápolis, Monza o Le Mans. Nada pueden ya con la carrera que acapara la atención de todas las generaciones, los circuitos más emocionantes y los participantes más inesperados. No hay apuesta que pueda con la carrera de caracoles de San Mateo de Buelna, que este año ha pasado la barrera regional para convertirse en un acontecimiento de interés nacional. No en vano pocas pruebas de velocidad reúnen a 289 participantes preparados para demostrar que entre los moluscos cántabros la velocidad es una cualidad y no un reto.
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