Ante todo antes de iniciar el trabajo sobre el río Mortera, sobre el cual la información de las Actas son abundantes, pero no se pueden comparar con la información que me ha trasmitido mi cuñado Ramiro que nació en el pueblo y pasó en él parte de su vida; y también a Michel, su cuñado que, no habiendo nacido en Coó, se ha integrado fácilmente en el pueblo. Sin ellos el trabajo sería otra cosa.
El Mortera, es el río que naciendo en las cercanías del pueblo de Coó se desplaza hasta el pueblo de Barros, para finalmente desembocar en el río Besaya. A primera vista, podemos pensar que su estudio no nos va generar más problemas que los que hemos encontrados con los otros ríos del municipio de los que hemos tratado. Pero si, nos ha dado problemas.
Así, los ríos Redondo, Muriago o el Rebujas se desplazan a lo largo de un solo pueblo. Es cierto que podemos afirmar que el Muriago circula, tanto por el pueblo de Los Corrales como el de San Mateo, pero no afecta a la zona habitada de San Mateo. En cambio, el río Mortera va a ejercer su influencia en el pueblo de Coó y en el de Barros, con influencia positiva en unos casos y negativa en otros.
Por otro lado, los puentes sobre los que había que actuar eran muy concretos, y claramente identificados. Así en el rio Redondo hablamos del puente de Bandebarrera; si nos situamos en el río Muriago vemos que siempre en las Actas se hace referencia al puente de Nogalejas, el de la Botica o el de los Palacios; y si nos fijamos en el río Rebujas sucede lo mismo. Pero si nos centramos en el río Mortera, el número de puentes a los que se cita en las Actas son muchos, así se habla de Pumarejo, Llano, Ojeda, Barcenía, Puentenueva, Troja, Valcaba (este unas veces de escribe con V y otras con B), Vallejo, Sotilla, Ballano y otro que no he sabido interpretar; eso en lo que respecta a Coo, sinos fijamos en Barros habría que añadir los de Bear, Herrán, Mariagarcia, Vallejo o Quintana.
Igualmente en los anteriores casos, los ríos no tenían afluentes que generaran problemas a los vecinos, encambio en el pueblo de Coó se habla del río Mortera, el principal y después los ríos de Valcaba y Troja.
Si nos atenemos a las referencias que hay en las Actas con respecto a cada uno de los ríos vistos hasta estos momentos, difiere extraordinariamente con respecto al rio Mortera, que nos da idea de la importancia que tenía este río en los dos pueblos. Así en los anteriores ríos podríamos encontrar 40 ó 50 citas, pues bien en el rio Mortera encontramos unas 140 citas. Esto nos da una ida de a lo que nos enfrentamos.
Por último, hay que señalar otra curiosa diferencia que existe entre el río Mortera y los anteriores. Estos últimos han sufrido casi una desaparición de toda la fauna piscícola, cosa que por suerte no ha sucedido en el río Mortera. Al día de hoy, todavía podemos ver a esa fauna circulando por el rio. Afortunadamente.
Es lo que tenemos. Puede parecer más complicado, pero también es cierto que tenemos más información de las Actas, tengo más personas conocidas en la zona, a los que se debe una gran parte del conocimiento aquí conseguido, y, por otro lado, el deseo de conocer nuestro municipio y el de deseo divertirme siguen estando intactos. Así que dediquémonos a ello.
A) El río Mortera en el pueblo de Coó
En este momento, no nos vamos a centrar en cada uno de los puentes que existen sino que más bien en otros problemas que plantean los ríos en el pueblo Coó. Problemas que se centran fundamentalmente, en el aislamiento de los barrios debido a la rotura de los puentes
El primer problema que tiene que resolver la Corporación, es la rápida reparación del puente y el material empleado para logar una mayor resistencia. En cuanto al material utilizado en la construcción de los puentes del Mortera, al igual que en el resto de los ríos del Municipio es, básicamente la madera y el cemento. Con respecto a la madera, el árbol más utilizado es el roble. Hay en las Actas, frecuentes referencias a la solicitud de los Alcaldes de barrio para proceder a la corta de robles. Su cantidad varía según las características del puente, pero siempre debe haber un perito que justifique la necesidad de la corta y al mismo tiempo, cuando se inicia la misma, debe de estar presente un guarda que controle que los cortadores no se excedan o se sobrepasen en la corta. No es raro, que la Corporación se vea obligada a pedir permiso al Gobernador de la provincia para llevar a cabo dicha tala, como sucede por ejemplo, en octubre de 1862, que debido a los problemas causados por una avenida de agua, “...se acordó pedir al Sr. Gobernador 51 pies de roble.”En ocasiones se utilizan los árboles que están en el pueblo, debido a los decomisos que hacen los guardas de montes en las talas clandestinas. Igualmente, es habitual la utilización de las maderas que se han recuperado de los puentes derruidos por las avenidas.
Con el paso del tiempo, la madera va poco a poco siendo sustituida por el cemento, es más caro en principio, pero también es cierto que es más resistente a las avenidas y por tanto su coste se reduce.
Otro de los problemas que se planeaba, era la obtención del dinero necesario para llevar a cabo la realización de las obras. Los mecanismos para obtener el dinero son varios. Lo más frecuente era, recurrir a los fondos municipales, pero en ocasiones el Ayuntamiento ya no tiene recursos, así que hay buscar otras fuentes de ingresos, como el de solicitar permiso para elaborar carbón para posteriormente venderlo y utilizar el dinero para pagar los gastos. No podemos olvidar que Coó ha sido siempre un pueblo donde la elaboración de carbón era habitual, la pena es que ese conocimiento se está perdiendo o se ha perdido. En todo caso, volviendo a lo que estábamos, hay Actas, como la de Marzo de 1867 se dice lo siguiente: “… se dio cuenta de una exposición del Alcalde Pedáneo de Coó licencia para elaborar 100 carros de carbón en su monte privativo en los sitios de la Lastrona, Nabajuelas hasta Cotera alta, destinado su importe á la composición de sus seis puentes…” No debemos perder de vista que Coó es el único pueblo del Ayuntamiento de Los Corrales, que tiene montes privativos, los demás pueblos no pueden acceder a él.
En otras ocasiones, los gastos que ocasionan las obras son reducidas mediante prestaciones personales de los vecinos que voluntariamente se comprometen a ello, o bien mediante donaciones particulares de los vecinos o de cualquier otra persona.
Una vez tomada la decisión de si debía de ser un puente peonil o de carro y de si el puente debía ser realizado por el propio ayuntamiento o sacarlo a subasta pública, se pasaba a la construcción o reparación del puente. Cuando se produce la finalización de una obra, una Comisión valora si la construcción del puente se ajusta a lo planeado al principio, si cumple todo lo establecido, acto seguido la Corporación lo da por recibido y se procede al pago de la cantidad acordada. A partir de este momento, el puente está habilitado para ser utilizado por los vecinos, no hay inauguraciones oficiales ni nada por el estilo. Los vecinos ven que su petición se ha tenido en cuenta y por tanto sus problemas se hanresuelto, y la Corporación se siente satisfecha de cumplir con sus obligaciones. Por tanto, todos contentos.
Pero no solo se trata de resolver los problemas que generan la destrucción o deterioro de los puentes, lo principal es adelantarse a la destrucción y, por tanto se toman distintas decisiones.
En ocasiones la Corporación establece la obligación de realizar apedreo en los márgenes de los ríos. Por ejemplo en Agosto de 1847 se da una orden a los Alcaldes pedáneos procedan al apedreos de las orillas de los ríos con la aportación de los vecinos que deben “…emplear dos dias de cada semana de este mes, señalando para ello los lunes y sábados, cuyos trabajos se harán bajo la dirección de los individuos del Ayuntamiento…”; igualmente, establecen revisiones para ver el estado de los puentes para adelantarse a las avenidas de agua, así como a la construcción de muros que protegen a los vecinos, a sus tierras y puentes de dichas avenidas; parece que debiera de producir predisposición de vigilancia de los ríos para evitar que el desbordamiento de los mismos, afecten a los vecinos sin capacidad de respuesta, así en 1908 se dice lo siguiente, “abonar dos pesetas y cincuenta céntimos á los que han sido nombrados para la vigilancia de los ríos de Mortera y Besaya durante la noche de ayer, diez y nueve del corriente que amenazaban con desbordarse”. Es muy posible que en estos las campanas de las iglesias jugaran un papel fundamental en la transmisión de la información.
Antes de profundizar en los problemas que ocasionar estas avenidas y la continua destrucción de los puentes,refirámonos a los peligros que pueden genera estos ríos cuando se encuentran en las cercanías de los cementerios.Así en el año de 1931, el Concejal Sr. Ruiz Garrido manifiesta que, además de que el cementerio se está quedando pequeño, más problemático es que su cercanía al rio Mortera, pues supone un potencial peligro para la salud pública por lo que es necesaria la clausura del actual cementerio y el traslado a otro libre esos problemas. Toda la Corporación, conscientes del peligro que corren los vecinos, aprueban que sea la Junta Local de Sanidad la que dictamine lo más conveniente, pero sin dilatarse en su dictamen. En todo caso, hay que esperar hasta el mes de Octubre se paga, a D. Adolfo PérezPontón, 26,25 pesetas por jornal del 3 ¾ día, empleados en hacer calicatas que permitan realizar una valoración del lugar donde se propone construir el nuevo cementerio, así como la limpieza del cauce del rio en la zona. ¿Se llevó a cabo el traslado del cementerio? En las Actas no hay constancia en una u otra dirección. Pero visitando la zona con Ramiro, me comentó que el río anteriormente circulaba casi pegado a las paredes del cementerio, como se puede ver fácilmente hoy día; pero el cauce del río Mortera había sido desplazado de manera apreciable para que solucionar el problema que podía generar en el cementerio.
En todo caso, ninguna de las medidas que se tonaron, fueron suficientes para evitar los daños que causaban periódicamente el rio Mortera y sus afluentes en los puentes de Coo. Por tanto vayamos a los puentes que aparecen en las Actas y a información que hemos obtenido.
Puente de Golpijera
Cuando nos dirigimos desde el pueblo de Barros a Coo, el primer puente que nos encontramos es el de Golpijera. Quizá hay que precisar que, actualmente, antes de llegar al puente de Golpijera, se encuentra el puente de Callejuca, que da paso a una vivienda que existe allí, y que está cerca de la Fuente Fría. Igualmente hay que señalar que al lado del puente, a la derecha según vamos a Coó, nos encontramos con el pequeño arroyo de Golpijera.
Pero nos concentramos en el puente Golpijera, que es el referente que aparece en las Actas. Las referencias a dicho puente son frecuentes, bien es cierto que hasta el año 1900, no se encuentra ninguna referencia al mismo. De hecho, salvo una pequeña anotación sobre dicho puente y otra en la compra de puntas para reparación del puente no tenemos nada en las Actas.
Hay que esperar al finales del 1931, concretamente al mes de noviembre, y fundamentalmente en el año 1932, cuando vamos a ver la actuación sobre dicho puente. Hay que indicar que antes de estas fechas no tenemos constancia de si nos encontramos ante un puente peonil o de carro. En cambio, en el junio de 1931 ya se habla claramente de un puente de carro.
En noviembre de 1931, varios concejales que integran la Corporación municipal, presentan alegaciones para que se lleve a cabo la reparación del puente de la Golpijera. Así, uno de los concejales, hace ver la necesidad de la reconstrucción de dicho puente. Otro manifiesta, que al llevarse a cabo dicha reparación por medio de prestaciones personales de los vecinos del pueblo, no puede suponer una inversión que genere desequilibrios negativos en los recursos municipales. Otro plantea que dado que se hace con prestaciones de los vecinos y que no incide negativamente en los recursos municipales y por tanto, no supone que se dejen de hacer otras cosas, considera que la Corporación no debiera oponerse a la realización de dicha obra. De hecho, la Corporación acuerda dar el visto bueno a la reforma solicitada, dejando claro que no puede llevarse acabo sin el informe de la Comisión de Fomento.
El puente se llevó a cabo. No hay ninguna referencia a las condiciones que fijó la Comisión de Fomento y si salió a concurso la construcción del puente. Pero en Abril de 1932 el contratista afirma que el puente está finalizado y la Corporación establece que la Comisión de Fomento valore si la construcción ha seguido las estipulaciones establecidas. Todo parece estar de acuerdo a lo estipulado, pero uno de los Concejales pregunta cuál es el motivo, que habiéndose establecido la construcción de un puente peonil se ha construido un puente de carro. En este momento, el Acalde explica que eso, fue debido a que uno de los vecinos del pueblo, D. Joaquín Campuzano Avilés, se había comprometido a asumir el incremento de los gastos entre uno y otro puente. Ahí quedó la cosa, aunque se volverá a retomar en la sesión de la semana siguiente.
Efectivamente, el ponente de la Comisión de Fomento el Sr. Ugarte presenta un informe sobre la terminación del puente, ejecutado según el plano y siguiendo el pliego de condiciones, haciendo ver a la Corporación que el aumento de coste del puente, debido a la variación de peonil a carro, es asumido por D. Joaquín Campuzano. Ante este informe, la Corporación procede a aceptar la obra y a pagar al contratista, Don Lino Sainz, la cantidad de 400 pesetas.
¿Todo resuelto? Nada más lejos de la realidad. De hecho el puente se termina en Abril, pero a finales del mes de Julio, no es posible hacer uso del mismo, tal como se deduce de la intervención del Sr. Fernández Díaz preguntando porqué no se puede utilizar todavía dicho puente. Las respuestas son varias, pero no convencen a todos y se pide al Alcalde de barrio de Coó que aclarelos motivos por los que el puente no está todavía en funcionamiento y que posteriormente se lo comunique a la Corporación. Así se hizo, y un mes después dicho Alcalde, presenta un informe sobre las causas que impiden la utilización del puente, las reformas que hay que hacer y las negociones que ha llevado acabo con el administrador de D. Joaquín Campuzano. El problema viene de que en las negociaciones habidas antes del inicio de las obras, y en el cambio de puente peonil a puente carretero, no se tuvo encuenta que tenían que pasar por tierras de D. Joaquín y eso no aparece en el contrato. Solución, volver a negociar con el Sr. Joaquín, haciéndole ver que es necesario permitir el paso. Tampoco se resolvió nada, pues en octubre del mismo año seguimos con el mismo problema. ¿Se soluciona? La verdad es que no vuelve a haber ninguna referencia en las Actas al puente Golpijera, por lo cual es posible que se resolviera el problema.
Puente de Pumarejo
Cuando nos acercamos a la entrada de Coó, nos encontramos con el antiguo bar del difunto Garrido, uno de los lugares de encuentro de los vecinos el pueblo en tiempos pasados. Estamos en el barrio de Pumarejo. Si nos desplazamos a la izquierda, y en las proximidades de la casa de Michel y Pili, nos encontramos con el puente Pumarejo, que se construye sobre el rio Valcaba, antes de que este desemboque en el rio Mortera. Puente que ha tenido un gran cambio de cómo era hace un tiempo.
Veamos cuales son los datos que podemos extraer de dicho puente a través de las anotaciones de las actas municipales. Las referencias aparecen a partir del año 1867, concentrándose en el año de 1868.
A primeros de Enero de 1867, se solicita licencia para la corta de 20 pies de roble del monte de Coó para la reforma o hechura del puente de carro del barrio de Pumarejo. Podemos deducir, que el puente en esta época ya está construido en madera. Hecho que se confirma en que pocos días después,el Alcalde pedáneo de Coó solicita 15 robles para llevar a cabo la reforma del puente de carro llamado Pumarejo, a lo que la Corporación responde que se justifique la necesidad de tal reforma, antes de tomar una decisión.
Hay que esperar a finales del mes de Abril, para que la Corporación tome la decisión de llevar a cabo la reforma, no solo del puente de Pumarejo sino de todos los puentes del pueblo. Para ello se debe proceder a realizar el oportuno expediente en el que se incluyan plano, presupuesto, condiciones facultativas y económicas para llevar a cabo todas las reformas. La persona que va a llevar a cabo el proyecto como perito será D. Ricardo del Castillo vecino de Los Corrales. Cuando el proyecto esté acabado se enviará al Gobernador Civil para obtener la autorización para llevar a cabo la reforma o construcción de los puentes.
¿Se llevó a cabo tal reforma o construcción de estos puentes? La Actas no son claras en este asunto, de hecho hay que esperar hasta Octubre de 1868. El 4 de este mes aparecen, varios documentos firmados en los que se trata de la reparación de los puentes de Coó en el que se incluye el de Pumarejo. En todo caso, vemos la Junta Revolucionaria de Los Corrales accede a la petición realizada por el Alcalde de barrio de Coó, Don José Iriarte para llevar a cabo la reparación de cuatro puentes en el pueblo. Las causas de esta petición se basan en el mal estado de los puentes, lo que se traduce en la incomunicación de los vecinos, la imposibilidad de realizar sus labores agrícolas e, incluso, el no poder asistir a cumplir sus obligaciones con la Iglesia. La Junta Revolucionaria accede a tal petición, dejando claro que se autoriza la corta de ocho árboles, dado que existen cuatro en el pueblo que habían sido decomisadas, y por lo tanto se consiguen así a los 12 robles que solicitaban. Al mismo tiempo se pide el consejo a un carpintero para que como conocedor de la materia establezca claramente las necesidades de materiales que se precisan. El encargado es el Maestro Carpintero, Don Antonio Mata, vecino de Barros, que fija como necesario para la reforma de los puentes lo siguiente: “...se necesitan seis piezas de veinte y dos pies, cuatro de ha catorce, y dos de á doce, (falta) y catorce hancho, ósea grueso…”
Ante esta situación el Alcalde pedáneo de Coó, D. José Iriarte, solicita poder cortar 8 pies de roble para recomponer cuatro puentes del pueblo. Eso sí, tiene que velar que no se extralimiten los cortadores en el monte y, por otro, teniendo muy encuenta que, tanto los árboles cortados como los que han sido decomisados no pueden ser utilizados para otra cosa que no sea la de reformar los puentes indicados. Hay que indicar que los puentes que se citan en este momento son distintos a los que se citan en el Acta de Abril de 1867, excepción hecha del puente de Pumarejo. La Corporación acepta la petición y además le permite que utilice 4 robles que se han bajado al pueblo por la autoridad, que se han cortado de manera clandestina sin que se sepa quiénes son los autores, quedando claro que esta madera no puede ser empleada en ningún otro lugar.
Apartir de este momento no hay ninguna referencia al puente de Pumarejo, excepción hecha del años 1923 y 1935, en lo que se hace mera referencia a la construcción de muros en Pumarejo. No hay ninguna otra referencia a dicho puente.
Puente de La Pereda
Prácticamente una vez pasado el puente Pumarejo nos adentramos en el barrio de La Pereda. Es curioso que, habiendo paseado muchas veces por el pueblo de Coó, nunca supe que este barrio de La Pereda fuese tan atractivo. No quiero decir que los otros barrios no lo sean, sino que por él nunca había paseado y por tanto lo desconocía. Caminando por el barrio, nos dirigimos al lugar donde está situado el puente. Es al final del barrio, dirección al lugar en el que nace el río Valcaba, nacimiento que se produce en el Hoyo de Collado, al lado del caserío del Pojino.
Las primeras referencias al puente de la Pereda, las encontramos a finales del siglo XIX. En concreto, en las Actas del 1898, hay una referencia, en el mes de Junio, del pago de 106 pesetas que ha costado la “reparación”, por tanto entendemos que ya existía antes, el puente situado en el barrio de La Pereda. Al libramiento de esa cantidad el Alcalde de barrio de Coó debe de adjuntar los justificantes de los gastos.
Hasta el año 1908 no hay nuevas referencias al puente de la zona, aunque si hay varias relacionadas con la construcción de alcantarillas, que fue concedida mediante remate público a D. Ignacio Aguirre en la cantidad de 219 pesetas y 50 céntimos. En el mes de julio se produce la finalización de las obras, y previo informe de la Comisión de Policía se procede al pago de la misma.
Nuevamente tiene que pasar un número de años, en concreto 23, para hallar nuevas referencias al puente de La Pereda. Y al igual que con el puente de la Golpijera, es en los años treinta donde hay mayores referencias, basadas en la mayor preocupación de la Corporación, a la mayor disponibilidad económica de la misma, o, es posible, porque el abandono anterior había producido un deterioro de los mismos. En concreto, en el mes de Julio de 1931 ya hay una petición para proceder a la construcción de un puente de carro, lo que nos indica que el hasta ahora era peonil, comprometiéndose los vecinos del barrio a participar mediante el acarreo de piedras. El Concejal Sr. Sendino está de acuerdo, pero cree que hay que resolver dos problemas, primero hay que hablar con los propietarios de las fincas a los que les puede afectar la construcción del puente, para que den su autorización, y al mismo tiempo, hay que elaborar una lista de los vecinos que se comprometan a participar con su ayuda en la construcción del puente. De lo que podemos deducir, que en ocasiones la gente decía sí, pero cuando llegaba el momento, no asistían. En todo caso, la Corporación da el visto bueno a la construcción del puente de carro, pero que, al no haber dinero en el presupuesto del año, se deja para incorporarlo al presupuesto del año siguiente.
La cosa ahí quedó, pero en Marzo de 1932, el Sr. Ruiz Garrido solicita que se le indique cuando se va a solucionar la reforma del puente de La Pereda, pues hace tiempo que está proyectado. El Sr. Sendino indica el motivo de que no se haya iniciado es porque se piensa construir el puente de cemento, nos olvidamos de la madera, con lo cual será más resistente y dará más seguridad, pero, también es evidente, que costará más caro. Nuevamente nos encontramos con la paralización del proyecto, pues hay que hacer una valoración económica de las dos posibilidades: cemento o madera. Y esto va a llevar tiempo.
En el mes de Diciembre de 1933, el Concejal D. Pedro Ruiz Garrido vuelve a insistir en la necesidad de construir un nuevo puente de carro en el barrio de La Pereda, a través del río Valcaba, con la aportación material de los vecinos. Nuevamente se provoca una discusión o exposición de ideas entre los miembros de la Corporación, llegando a la misma conclusión de siempre: que la Comisión de obras informe sobre la necesidad del puente y el coste de dicho puente.
Parece que las cosas van cambiando, pues unos 17 días después de la anterior reunión, en el mes de Diciembre, la Comisión de Fomento informa a la Corporación de la necesidad de construcción del puente de carro, para mejorar las condiciones de vida de los vecinos del barrio y, que por tanto, valora positivamente la construcción. Habla de las condiciones de su construcción y que el Alcalde de barrio afirma que los vecinos han prometido su participación en el acarreo de piedras necesaria para la construcción del muro, así como el relleno del rasante de la carretera y el desmonte de la finca de D. Ricardo Díaz Quijano. Ante esta situación, la Corporación da su aprobación, aunque lógicamente, como viene siendo habitual, que el presidente de la Corporación asesorado de un técnico haga el presupuesto de la obra y que el Alcalde de barrio precise la prestación de los vecinos, larelación de los mismo y su conformidad. Todo parece indicar que se están dando los pasos definitivos para la construcción del puente sobre el río Valcaba, en el barrio de La Pereda.
Todo va por buen camino a principio de 1934, el Alcalde de barrio de Coó entrega la lista de los vecinos del barrio de La Pereda en la quese comprometen a hacer loanteriormente indicado. A partir de este momento, se inicia la elaboración del plano por parte de un técnico, así como el presupuesto de dicho puente para iniciar en breve su construcción. De hecho, a principios de Febrero se presentan los planos del puente, aunque su estudio se pospone para la próxima sesión y la valoración de la propuesta. El día de 13 de febrero se entrega el proyecto, los planos, presupuestos y pliegos de condiciones facultativas, con un coste de construcción de 1684,60 pesetas. Ante esta situación, la Corporación considera que es necesario llevar a efecto dicha construcción. En todo caso, el Sr. Sendino hace ver que es necesario rectificar la carretera llevándola al margen izquierdo del emplazamiento del puente; al mismo tiempo, hay que construir un muro de defensa de 23 metros de longitud, un metro de altura y 0,60 de espesor; por otro lado, el Sr. Sendino propone que, dado que hay seguridad de la participación de los vecinos en la aportación de mano de obra, y que la igualación de los rasantes de la carretera, pueden suponer unas 150 pesetas, se podría renunciar a la subasta de la obra y proceder a su construcción y que sea la administración municipal quien la lleve a cabo según crea conveniente. En definitiva, toda la Corporación acuerda aprobar el proyecto y que se proceda con la mayor urgencia posible, dadas las necesidades de dicho barrio.
Es en Junio de 1934, cuando tenemos constancia de que efectivamente se está produciendo la construcción de dicho puente. En el Acta del día, se habla del pago de 150 pesetas a D. Emilio Fernández, por la construcción de un muro en el puente que se está construyendo en el barrio de La Pereda. Igualmente, se indica que ya se va a iniciar la aplicación del hormigón en el puente. Al mismo tiempo, se contempla la necesidad de ampliar la longitud y reforma del muro que se ha hecho en el puente, pues creen que es conveniente. De hecho nuevamente se entregan, ahora, 126 pesetas a D. Emilio Fernández por la construcción de 14 metros de muro en el puente de La Pereda.
Se debió de acabar el puente, no tendría sentido iniciar su construcción para después dejarlo, pero lo cierto es que no se vuelve a ver en las Actas ninguna otra referencia al puente de La Pereda, al menos en las Actas que hemos consultado.
Vistoslos puentes de La Pereda y el Pumarejo, volvimos al bar de Garrido y pasamos el puente de Sota, quizá el puente que para mí fue siempre el más importante. Desde el puente, hacía la izquierda, podemos ver la antigua bolera del Bar de Garrido –creo que en Coó ha habido tres boleras funcionando a la vez- y el lugar donde al río Mortera se le unen el río Valcaba y el río Troja. Este rio, desemboca aquí y nace en la zona del Otero, cerca del Vidrio donde está situado el “repetidor”. Este río pasa por el barrio de Llano y tiene el problema que en algunas ocasiones en la Actas municipales aparece denominado como puente de Llano y la mayoría de las veces como puente de Ballano. Espero que no se plantee como lo originado en el puente Renero. Son casos diferentes. En todo caso los vecinos se refieren a él puente de Llano.
Puente Ballano
En principio señalar que las referencias que tenemos en las actas, nos lleva en principio a alguna confusión. En el período de finales de 1933 hasta mediados del año de 1934, el nombre utilizado es el “barrio de Ballano” o “puente de Ballano” o incluso “rio Ballano”, que preferentemente se escribe con B y a veces con V. ¿En dónde se sitúa “Ballano”? En principio, cuando pregunto a la gente de Coó, la respuesta es que no conocen dicho nombre, que se referirá al barrio de Llano. De hecho, cuando reviso las Actas observo que el 30 de Abril de 1867, refiriéndose a los puentes que existen en Coó se cita el puente de Llano. Por otro lado, en noviembre de 1933 se cita que está cerca de la fuente de la Papuda, en las proximidades del barrio de Llano. En todo caso ¿por qué las personas que escriben las actas en este periodo de 1933 a 1934 utilizan el nombre de Ballano? Para mi es desconocido.
En todo caso, situémonos en las referencias al Puente Ballano, que son muy escasas en las Actas Municipales. De hecho nos encontramos 8 referencias que aparecen entre finales de 1933 y mediados de 1834. Antes de nada indicar que en algunas referencias se cita al “barrio Ballano” y en otras a “puente Ballano”.
La primera referencia, se sitúa a finales de noviembre de 1933, cuando el Alcalde de barrio de Coó, denuncia ante la Corporación municipal el estado lamentable en que se encuentra el puente de Ballano, con el consiguiente peligro para los vecinos de la zona que tienen que atravesarlo para desplazarse a la fuente de La Papuda. La Corporación, como es habitual, envía a una Comisión de Obras para que evalúe la situación. A los dos días, el 23 del mismo mes, la Comisión presenta su informe que determina que el problema reside en que las vigas de sustentación están podridas y que la solución reside en retirarlas antes de que provoquen una desgracia y sustituirlas por otras de hormigón armado. La valoración de esta obra se sitúa en unas 300 pesetas. Se delega en la Alcaldía la toma de cómo se lleva a cabo dicha obra.
El 6 de Febrero de 1934 se toma la decisión de que en la próxima sesión, se presenten los proyectos para llevar a cabo la construcción de un paso peonil en Ballano. Una semana más tarde se presenta el proyecto así como el coste del mismo, que asciende a 391 pesetas con 36 céntimos. Se acuerda aprobar el presupuesto, y que sea la Alcaldía la que redacte la subasta de dicha construcción ateniéndose a lo establecido. El día 24 de Marzo se lleva a cabo la subasta y queda, provisionalmente, en manos de D. Emiliano Fernández Pérez, vecino de Somahoz, por cierto, la única proposición presentada, por cantidad de 390 pesetas, prácticamente al mismo precio que había sido valorada por la Alcaldía.
En el mes de mayo, el Señor Sendino, se acercó a Coó para ver cómo iban las obras sobre el “rio” Ballano y si se estaban realizando según lo acordado. Parece ser que sí, pues no aparece ninguna contradicción.
El 2 de Junio, el Señor Sendino, ponente de la Comisión de Obras, informa que la construcción del puente peonil de Ballano está acabada y se ajusta a las condiciones de contrata. Y por tanto se acuerda pagar las 390 pesetas a Don Emiliano.
En definitiva, la urgencia de llevar a cabo la construcción o reparación de dicho puente era relevante, de ahí que la intervención fuese rápida y eficiente. No siempre sucedía de este modo.
Puente de Barcenías
Ya cerca de la Iglesia, al final del pueblo, nos encontramos con el barrio de Barcenías, quizás, para los que no vivimos en Coó el más conocido, por aquello de que aparece en la portada del libro “Una mirada al pasado. Valle de Buelna y Cieza” publicado por Olna en 2004. Es evidente que el libro ha cambiado totalmente, pero es una suerte poder conocer como era en otras épocas.
La primera referencia clara a este puente la encontramos en Octubre de 1898. En este mes, los Concejales de la Corporación municipal, elegidos por el pueblo de Coó, hacen referencia, en la reunión de dicha Corporación, del lamentable estado en que se encuentra el muro sobre el río Mortera, en el barrio de la Bárcena y que puede llegar a ocasionar el derrumbe del puente allí existente. La Corporación de Fomento, indica que ya se ha hecho una valoración de la situación y que el coste de dicho arreglo, se eleva a la cantidad de 45 pesetas, cantidad esta asumible por el Ayuntamiento. De hecho, autoriza al Alcalde de barrio de Coó para que proceda sin dilación a la reparación de dicho muro, antes de que las crecidas puedan traer la destrucción del puente con consecuencias negativas para los vecinos de la zona. Y así se debió hacer.
Hay que esperar hasta el año 1906, para encontrarnos con referencias a dicho puente. .Efectivamente en el mes de Julio de dicho año, nos encontramos con que D. Indalecio García Rivero, autorizado por la Comisión de Policía integrada por D. Agapito Rodríguez y D. Genaro Quevedo, presenta un presupuesto de 452 pesetas y 39 céntimos para la reparación del puente.
La Corporación está de acuerdo con el presupuesto y establece que las obras se lleven a cabo mediante remate público, que tendrá lugar una semana después del mismo mes, a las 11 de la mañana, cuandose llevará a cabo la subasta. Esta subasta, fue adjudicada a Don Cesáreo Villalba Garrido en la cantidad de 412 pesetas y 39 céntimos. La obra se da por terminada en el mes de Septiembre. De hecho, en la primera semana de dicho mes, se lee el informe favorable de la recepción de las obras realizadas en el puente del barrio Barcenías y se procede al abono de la cantidad acordada, dando por finalizada las obras.
Hay que esperar a Agosto de 1919 para que nuevamente en las Actas vuelva a aparecer el puente de Barcenías. De hecho, los Concejales D. Segundo Díaz y D. Clemente Pérez, manifiestan ante la Corporación la mala situación en que se encuentra el puente de Barcenías, así como el de Llano. El problema, viene motivado fundamentalmente por la falta de cimentación, lo que puede causar el derribo del puente con el consiguiente peligro y la incomunicación de los vecinos. La demanda se concreta en una reparación inmediata. Ante tal situación, la Corporación acuerda que la reparación se lleve a cabo en el más breve tiempo posible, no utilizando la subasta pública, sino que sea el propio ayuntamiento quien lo lleve a cabo, adquiriéndose el material necesario y bajo la vigilancia de los trabajos por D. Segundo Díaz.
A partir de este momento no hay referencias explícitas al puente de Barcenías
Puente de la Losia
El puente de la Losia, no he sabido ubicarle, nadie me ha sabido decir donde se encuentra situado, en algún sitio tiene que estar, pues la aunque las referencias son pocas, lo cierto es que existen. Veamos que nos dicen las Actas.
Las encontramos básicamente, desde finales de 1892 hasta principio de 1894. Antes y después no hay datos o no hemos sabido encontrarlos.
Así en octubre de 1892, se establece la necesidad de que el Depositario proceda al pago de los gastos ocasionados por bajar la sillería y las maderas con destino al puente de la Losia, además de pagar al herrero que hizo el arreglo de las herramientas utilizadas en la extracción del material. El importe ascendió a 62 pesetas, que deberían salir de la cuenta especial del Camino vecinal.
Al final de año, en Diciembre, al hacer una valoración de los gastos ocasionados en la cuenta especial del Camino vecinal, se llega a la conclusión de que hay un saldo favorable de 96,95 pesetas y, que por tanto es posible que se paguen 19,45 pesetas, por los 8 sacos de cemento para el puente de Losia y 3,10 pesetas por el transporte de los mismos al ferrocarril.
Por tanto, se estaba trabajando en la construcción o reparación de dicho puente, pero también es cierto, que dicha reparación no se hizo con todas las garantías posibles, pues en 1893 los Concejales por el pueblo de Coó, en la Corporación, manifiestan el estado ruinoso de dicho puente y el daño que está suponiendo para los vecinos, para sus movimientos y actividades agrícolas. Y considerando que hay dinero en las arcas municipales para otro tipo de obras, consideran posible llevar a cabo las mismas en el puente.
La Corporación así lo acuerda, estableciendo que se lleve a cabo con la mayor rapidez para evitar que las posibles avenidas perjudiquen las labores y, por otro lado, que se presente una relación detallada de los gastos que se generen, para ser evaluados por la Corporación para su aprobación y posterior pago del importe. De hecho dos semanas más tardes, el Alcalde de barrio de Coó presenta una relación de los gastos ocasionados en la “construcción o reparación” del puente, que ascienden a 59 pesetas y 62 céntimos. La Corporación decide aprobar los gastos, la satisfacción de dicha cantidad deberá incluirse en el presupuesto de 1892-93, siendo el Alcalde de barrio quien llevará a cabo dicho pago, con la obligación de que los receptores de dicho pago firmen la relación de los gastos realizados. Pocos días después ya en el mes de Agosto, el Presidente del Ayuntamiento autoriza al Alcalde de barrio de Coó, a utilizar un árbol cortado en el vivero de dicho pueblo para utilizarlo en la construcción del puente de La Losia.
En todo caso, parece ser que el puente se llevó a cabo, en el mes del año 1894 se hace frente a la factura de los gastos ocasionados por el coste de la madera aserrada para el puente de La Losia, en total 52 pesetas 85 céntimos.
Apartir de aquí no tenemos ninguna otra referencia a un puente denominado de La Losia.
Otros puentes
Parece claro la existencia de los puentes a los que nos hemos referidos hasta ahora, pero hay otros que o bien se citan ocasionalmente o, por el contrario aparecen varias veces pero escritos de manera diferente, lo que nos pueden permitir pensar que son lugares diferentes. Así en 1854 se habla del “…puente que se ha de construir al sitio de Ruejos…”; igualmente vemos que en Abril de 1867 se habla del puente de Ojeda; en Abril de 1900 se habla del derribo del puente de Ojera, “en virtud de hallarse en mal estado y peligrar la vida de las personas que por él pueden pasar”; en Septiembre de 1900 se dice que “las maderas procedentes del derruido puente de la Ujera las destine…”; en Septiembre de 1933 se habla de la “…construccion de dos muros en la margen derecha del rio Mortera comprendidos en los sitios del barrio de la Ugera…”
Igualmente, y de manera esporádica y sucinta, se cita el puente de Sorriba, en 1867; el puente de Puntenueva y Troja en 1868; en los años de 1909 y 1919 se habla del mal estado en que se encuentra el puente de Llano
En definitiva, toda esta es la información que hemos podido obtener del rio Mortera a su paso por el pueblo de Coó. Ahora nos adentraremos en su paso por el pueblo de Barros.
B) El río Mortera a su paso por Barros
Una vez que el río Mortera ha atravesado el pueblo de Coo, se dirige directamente, casi sin ninguna curva, hacía el pueblo de Barros, donde al llegar y atravesar la CN-611 gira hacia la izquierda, para dirigirse hacia los barrios del pueblo, para finalmente llegar a la zona norte del Polígono de Barros y por debajo de la carretera que conduce a San Felices y Puente Viesgo, se dirige a reunirse con el río Besaya, el río principal que recorre nuestro municipio de Los Corrales de Buelna.
En las Actas municipales el río Mortera, por una razón u otra aparece referido en el pueblo de Barros, los barrios del Corral, Cohiño, Herrán y Santían. En cambio, en nombres de sitios donde hay puentes es más prolongado; así se cita el puente del Bear, de Herrán, de Mariagarcia (en otras ocasiones se escribe María García), de Vallejo, de Quintana.
En todo caso, hay que hacer alguna aclaración, antes de entrar en los puentes que existen en el pueblo de Barros para poder comunicar los distintos barrios a través del río Mortera. La primera es, como sucede en casi todos los puentes, que existenen el municipio, en estos momentos, la construcción de los mismos es básicamente con madera. Solo está la excepción del puente que atraviesa la carretera de Valladolid con Santander, que se construye con cemento. Igualmente, hay muchas referencias no a puentes sino “pontones”, por tanto de pasos muy estrechos. Y por último, en ocasiones se establece como medio para construir estos puentes recurrir a la obligación del trabajo personal de los vecinos del pueblo.
Hay que indicar que la primera referencia que tenemos a los puentes de Barros sobre el río Mortera, es de octubre de 1846, en que se solicita el aprovechamiento de los sillares del puente viejo, para aprovecharlo en la construcción de muros defensivos contra nuevas avenidas. No sabemos a qué puente se está refiriendo, y esto va a pasar en más ocasiones. En Septiembre de 1854, la Corporación municipal concede 200 rs. al vecino de Barros, D. Pedro Obeso para invertirlos en obras del río Mortera, en defensa del barrio del Corral y, al mismo tiempo, se conceden 300 rs al Alcalde de Barrio de Barros para que los utilice en las defensas del barrio del Cohiño, para prevenir los daños que puede causar el río Mortera en la zona.
Después de esta pequeña introducción, vamos a centrarnos en los puentes a los que se hace claramente referencias en las Actas y que existen en el pueblo de Barros.
Puente de Barros
Este puente parece que no tiene nombre y que va a generar problemas en cuanto a su ubicación, pero nada más lejos de la realidad.
En principio, nos encontramos en el año de 1871 en el que se habla directamente de este puente. Así en el mes de abril, se habla de que la reparación que se ha realizado en el puente de Barros ha ascendido a 32 pesetas, cantidad muy pequeña, si las comparamos con las que hemos visto hasta ahora. Lo que nos hace pensar que la reparación no debió de ser muy importante, máxime si tenemos en cuenta a los pocos meses, se plantea con urgencia una reparación mucha más profunda
Efectivamente, en Septiembre del mismo año, la Corporación del Ayuntamiento decide enviar un oficio al Sr. Gobernador haciéndole ver el estado ruinoso en que se encuentra el puente de Barros y las consecuencias tan negativas que tendría para los vecinos del pueblo. Un mes después, en Octubre, el Sr. Gobernador contesta a la petición de la Corporación municipal, contestando que al estar dicho puente situado en la carretera que comunica Valladolid con Santander, la Comisión Provincial está dispuesta a llevar a cabo dicha reparación. Esta información es muy interesante, para determinar a qué puente se está refiriendo cuando se habla de puente de Barros. Si tenemos en cuenta al estudiar el trayecto que sique dicha carretera al atravesar el Municipio de Los Corrales de Buelna, hay tres puentes que hay que atravesar, el puente de la Botica en Los Corrales, el puente de San Mateo y el puente de Barros y que actualmente siguen existiendo. Hay referencias a otros puentes, pero ninguno se sitúa en la carretera que une Valladolid a Santander en la actual CN-611.
El caso es que la reparación es aceptada en principio pero, es necesario que se sigan las normas que establece la Diputación para tales casos. Por ello, se nombra a D. Manuel Pinillas, sobrestante de carreteras, para que elabore un proyecto facultativo y el presupuesto de la obra, y que una vez acabado se trasmitirá a la Diputación provincial para que determine lo que proceda.
¿Se llevó a cabo la obra? Como hemos visto en muchas ocasiones, en las Actas no vuelve a haber referencias a esta reparación, no sabemos la decisión de la Diputación y el gasto que supone y si se hizo la obra.
El puente de Barros y el del barrio de La Herrán
Nuevamente, en el año de 1906 encontramos referencias a la construcción de un puente y la reparación de otro en el pueblo de Barros. Con respecto al primero, no hay ninguna indicación en la zona del pueblo en la que está; en el segundo, se alude claramente a su situación en el barrio de La Herrán. Veamos lo que nos dicen las Actas.
Parece ser que en un periodo anterior se había solicitado la construcción y reparación de los indicados puentes, pues en Febrero de 1906 se presenta un croquis y un presupuesto elaborado por la Comisión Policial y el perito D. Indalecio García Rivero. La Corporación da por visto y discutido el proyecto y su presupuesto, que asciende a 471,80 pesetas, y determina su aprobación, indicando si dicha obra no será asumida directamente por el Ayuntamiento y por tanto se sacará a subasta pública, quedando en manos del mejor postor.
Hay que esperar al mes de Mayo para que la Corporación, considerando que es el momento apropiado para llevar a cabo la obra, plantee sacar a remate las obras indicas para el sábado, 2 del Junio, a las 10 de la mañana. La subasta quedó en manos de D. Manuel Ruiz Pérez, que queda obligado a ejecutar la obra.
A mediados de Agosto, se acuerda por la Corporación que el 1er Teniente de Alcalde y dos Concejales procedan a recibir las obras ejecutadas y que pasen información de las mismas. A principio de Septiembre, la Corporación, valorando de manera positiva que se habían llevado a cabo las obras, respetando el pliego de condiciones facultativas y el presupuesto de 434 pesetas, acepta las obras realizadas, y establece que se pague al contratista el dinero acordado.
El puente parece que se arregló, pero nos llama la atención que tres años después, en junio de 1909, nuevamente se necesita hacer una reparación de dicho puente, con un coste no superior a las 40 pesetas. En todo caso, la realización será por actuación de la administración, no por subasta, bajo la dirección del Sr. Alcalde y la Comisión de Fomento, sujetándose la estudio y proyecto que ya está realizado. Unos días más tarde del mismo mes de junio, se hace entrega al Concejal D. Pedro Porras de la cantidad de 38 pesetas para que pague la reparación del puente.
Nuevamente a partir de octubre de 1923, vuelve a ser necesaria la terminación de la reforma de dicho puente, para lo cual es necesario que la Comisión visite la zona, vea la situación y el presupuesto. Parece ser que hay dos personas, Don Francisco Marcano y Manual Villalba, que presentan un presupuesto para llevar a cabo dicha reforma del puente.
¿En qué quedó el proceso? Pues comosiempre,en las Actas no se vuelve a hablar del tema, o no hemos sabido verlo, pero tampoco es extraño, pues lo hemos visto en algunos puentes de los distintos ríos que existen en el Municipio.
Puente del Bear
No hay en las Actas, mucha información sobre el puente del barrio del Bear. De hecho solo hemos encontrado dos referencias que se encuentran en el año de 1908. Así en septiembre de este año se habla de “comisionar al Teniente Alcalde de D. Pedro Porras para la inspección y dirección de los trabajos para el arreglo del puente de Bear…” Si se trata de “arreglar” debemos suponer que el puente ya existía, aunque no nos informa de si es un puente peonil o de carro. En todo caso, el puente se arregla y el 2 de Noviembre se da a D. Pedro Porras la cantidad de 11 pesetas por la reparación del puente.
Puente de Cohiño
En el año de 1872, en el mes de Febrero, la Corporación aprueba la concesión de 25 pesetas para contribuir a la construcción del pontón sobre el rio Mortera que permita la comunicación del Barrio de Cohiño con el resto de los barrios del pueblo.
No parece que el pontón del barrio Cohiño, aguantara mucho tiempo, lo cual es lógico pues como hemos visto, la destrucción de los puentes es muy frecuente por las continuas avenidas que se producen. En todo caso, vemos que en Septiembre de 1876, la Corporación autoriza al pueblo de Barros el aprovechamiento de un roble hallado en el vivero del pueblo, para poder destinarlo a un pontón que permita la comunicación entre el barrio de Cohiño y los otros barrios.
Nuevamente, hay que esperar a Junio de 1934, para una nueva alusión al barrio del Cohiño, cuando se hace referencia a la construcción de dos “aletones” para defender el camino que conduce al barrio de Cohiño, obra que implica la cantidad de 190 pesetas y que debe pagarse a D. Pedro San Juan Cuevas, encargado de la construcción.
Puente de María García
En primer lugar, decir que el nombre varia en las tres ocasiones en que aparece en los Actas, enconcreto unas veces aparececomo María Garcia, otras como MariaGarcia o Mariagarcia. Por otro lado, solo aparecen referencia a este puente con dichos nombres en el año 1910, después, nada.
En Enero de 1910, es necesario construir un muro decontención en la margen izquierda de río Mortera, frente al puente MaríaGarcía. Se propone, la posibilidad de adquirir maquinaria de bajo coste y con resultados muy buenos, para hacer frente a las obras que a se refieren. Se da permiso al Alcalde para ver la posibilidad de comprar alguna de ella.
No se vuelve hablar del puente de MaríaGarcía hasta finales de año, concretamente en el mes de Noviembre, cuando se acuerda pagar a D. Indalecio García Rivero, la cantidad de 176 pesetas con 40 céntimos. Este dinero, irá destinado al pago de los jornales de los obreros que participaron en la construcción. El pago efectivo se realizó 21 días después.
Como en muchas ocasiones, durante un tiempo se hace referencia a un determinado puente y después no vuelve a nombrarse.
Puente Vallejo
Solo una vez hemos visto referencias al puente de Vallejo. Precisamente en el año de 1910, se habla de hacer el pago por los jornales empleados en la construcción del puente. Los jornales ascienden a la cantidad de 225, además habría que añadir las 3,60 pesetas por extraordinaria a los que trabajaban dentro del agua.
No hay más referencias.
Puente de La Quintana
La referencias a este puente las encontramos de manera muy tardía en el años 1923, anteriormente no hay ninguna referencia a dicho puente, o al menos no aparece con ese nombre, aunque puede deducirse que estaba muy cerca del barrio de la Herran.
De hecho, a finales de Enero de 1923, el Concejal Sr. García Pérez propone y se acepta la concesión de un préstamo de 100 pesetas para la construcción de un paso peonil entre el sitio de La Herrán a La Quintana.
Las cosas parece que están claras, es necesaria la construcción de dicho puente porque favorece los intereses de los vecinos de la zona. Pero la rapidez en la ejecución de la obra no parece suficiente. De hecho, la Corporación municipal se ve en la obligación de enviar un oficio al Alcalde de Barrio de Barros para que abrevie los trabajos en el puente de La Quintana, teniendo en cuentala necesidad de su realización. Tampoco parecesurtir mucho efecto dicho oficio, pues un mes después, en Marzo, la Corporación vuelve a enviar un nuevo oficio al Alcalde de Barrio para que en el plazo improrrogable de ocho días ordene el arreglo de dicho puente.
Parece ser que las obras del puente no se habían, comenzado a ejecutarse, pues en el oficio habla de “ordene el arreglo”. En todo caso, no tenemos claro si llevó a cabo o no el arreglo del puente, lo que si es cierto que no volvemos a encontrar ninguna referencia a dicho puente.
En definitiva creo que he superado la prueba del Mortera, casi seguro que posiblemente hayamos cometido errores, pero como ha sucedido otras veces, algunas de las personas que lean lo que aquí ponemos, nos resolverán los errores. En todo caso, mis disculpas a mi amigo Agustín tampoco está vez he seguido sus indicaciones; a mi compañero de la Salle, “Fichi” Báscones, que me pidió que escribiera sobre el Mortera y lo he cumplido; a un fiel lector de mis escritos, Fidel Guitián que me dice que ya está cansado de los ríos, que escriba de otras cosas de nuestro municipio.
De los ríos solo nos quedaría el Rumiales, pero no he encontrado ninguna referencia en las Actas; y lógicamente, nos queda hablar del río Besaya que atraviesa nuestro municipio, y por supuesto tenemos muchas referencias en las Actas. Pero seguiremos el consejo de Guitíán y nos centraremos en otros aspectos, aunque con los mismos objetivos: acercarnos a la “historia” de nuestro municipio y divertirme con lo que hago.
José Francisco López Mora
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