Quiero vivir en Cantabria
entre la montaña y mar,
pues soy feliz con sus besos,
que para mí es embeleso
y dulce amor de un cantar.
Soy feliz cada mañana
y en el quieto atardecer,
cuando me abraza la brisa
con regalos de sonrisas
y el soplo de su querer.
Cuando me brinda la calma
ese sendero escondido,
que se pierde en el boscaje,
donde el arroyo ha nacido
libre, alegre y salvaje.
Que canta en su torrentera,
lamiendo los peñascales
entre sombras de avellanos
y que me ofrece lozano
el refresco más laudable.
Quiero vivir en Cantabria,
que va regalando amores
por entre los prados verdes,
que entre cañadas se pierden
entre el color de las flores.
Quiero vivir en Cantabria
en sus cuatro estaciones
y al cambio de sus esbozos,
cada una con sus gozos
y expectantes emociones.
Sentir cuando es primavera,
o ese verano de playas
en donde el cielo alardea,
o ese otoño que calla
por cada valle y aldea.
O al llegar el invierno
con sus nevadas de altar,
que pinta en blanco comarcas,
dejando huellas de albarcas
que van al calor del hogar.
Quiero vivir en Cantabria
a la orilluca de un río,
apegado a mi
morada
con el son de una tonada
y rodeado de los míos.
Soñando, siempre soñando
entre las brumas silentes
de los tardíos otoñales,
donde el mar con sus batientes
va dejando sus señales.
En ese mar encrespado,
de torbellinos reflujos,
donde aquel barco costero,
que en la distancia es dibujo
de un alarde marinero.
La tierra, el cielo y mar
son en Cantabria pureza,
que al montañés da grafía,
y le acopla cada día
con su gran Naturaleza.
Con el bramido del ciervo,
con el miruello en su trino,
el lobo de aullar rugiente,
o el salmón en su corriente,
o las zarzas del camino.
Quiero vivir en Cantabria
por contemplar las cabañas,
que entre riscos y acebales,
entre siegas y animales
se hacen fecundas las brañas.
Donde suenan los campanos
de tudancas obstinadas,
donde ruedan los hayucos,
canta el mirlo, canta el cuco
y hay ecos en la vaguada.
Quiero vivir en Cantabria
lugar de mi nacimiento,
quiero vivir en Cantabria
porque en ella soy feliz,
quiero vivir en Cantabria
hasta que llegue el momento
de ese umbral que pone un fin.
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