Algunos catalanes ven al idioma catalán como amenazado de desaparición. No les falta razón, aunque probablemente no en el sentido en que ellos lo ven: los idiomas minoritarios tienden a desaparecer de la calle, si no resulta práctico hablarlos por tener más futuro, para una mayoría de personas y actividades, el idioma que los rodea, y que acaba engulléndolos. Miremos a China y su mandarín, allí no necesitan traductores ni auriculares entre ellos; hoy vivimos sin lenguas que ya nadie conoce, así ha sido siempre y no ha pasado nada, lo importante es que una lengua funcione, que con ella puedas hacer ciencia, negocios, poesía, amistad. Creer que un idioma tiene "algo" que lo hace especial, imprescindible, es mitificarlo. Yo estaría dispuesto a que con el español pasase lo mismo, las energías han de invertirse en lo que tiene sentido. Algunos las han empleado, y siguen haciéndolo, en forjar lenguas que unan, que sean universales (el esperanto). Una persona amenazada es algo a denunciar, un idioma no.
Adolfo Palacios Glez., para Cartas al Director, de El Diario Montañés.
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