Lo primero que encontramos al entrar en la casa es la cocina, que era la estancia principal de la casa. La cocina, no era sólo el lugar donde nuestra madre nos preparaba la comida y la cena (el desayuno y la merienda, con el tiempo llegamos a hacerlo por nosotros mismos), era también el comedor, el salón, el lugar de trabajo donde estudiábamos y hacíamos los deberes de clase y en los ratos libre donde leíamos los famosos “chistes” de la época, éstos con el paso de los años pasarían a ser los “comic” actuales. Esto hacía que, en este espacio, en el centro, había una mesa redonda o cuadrada, con sus correspondientes sillas. En nuestro caso, seis sillas para poder comer juntos. Supongo, que aquellas familias con mayor número de integrantes habría más. En la cocina había un aparador donde iban colocados la cubertería y todos los “cacharros” necesarios para cocinar: las cazuelas, las sartenes, el cueceleches, el molinillo de café, etc. etc.
Al entrar en la cocina, a mano derecha, se encontraba la parte más importe para el funcionamiento de la vida familiar, el lavadero, la cocina, el fregadero y la caldera o termo del agua que servía para tener agua caliente para la ducha, para el lavadero y fregadero.
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