Como hemos visto las casas eran muy agradables y satisfacían las necesidades de los propietarios, pero los vecinos no solo adquirían la propiedad de una vivienda, sino que también llevaba incluida un amplio terreno que les sirvió para la obtención de recursos alimenticios de distinto tipo y en diferentes épocas del año. Este terreno se dividía en la zona destinada al cultivo y la zona de dedicada a los animales, el gallinero.
Todo el recinto estaba delimitado de las calles y de los terrenos del resto de los vecinos, por estacas de cemento a las que se unían por alambres de espino que dificultaban la entrada. Algunos de los vecinos trataron de darle más intimidad a sus propiedades, sustituyendo dichas alambradas por cierres de arbustos, que obligaban todos los años a realizar la poda del mismo para impedir un crecimiento desmesurado. Igualmente, este cierre arbustivo nos permitía obtener fácilmente “Y” de madera para nuestro tiragomas, tan habitual en nuestros juegos en el barrio o en el eucaliptal. También fue frecuente, el cierre de la finca, por medio de una variedad de ciprés, llamado científicamente Cupresssus macrocarpa wilma como era frecuente en la finca de Vicente Casado y fundamentalmente en la casa de Benjamín Salas, “Minuco”, a la entrada del barrio. ¿Quién no se acuerda de aquel cierre que se situaba a la izquierda del camino de acceso al barrio? Era habitual todos los veranos ver a los hijos de “Minuco”, José y Benjamín subidos en el andamio podando los cipreses. La poda llevaba tiempo, José, siempre dispuesto a acabar el trabajo, era capaz de hablar con nosotros y seguir podando; en cambio, Benjamín siempre se lo tomaba con más calma, hasta incluso uno de los días en que ambos hermanos estaban con la poda, observamos, que un caracol estaba subiendo por las botas de Benjamín. Allí estaba la prueba de la rapidez y concentración de Benjamín, en el trabajo de poda de los límites de la finca.
Con el tiempo, todo el alambrado, los arbustos y el ciprés que delimitaban las fincas de las casas fue sustituido por los bloques de cemento, cierre que predomina actualmente, aunque con una gran variedad de formas.
La distribución de las huertas, era diferente en cada una de las viviendas pero, sí podemos poner como referencia la huertas de la viviendas formadas por el bloque casas nº 21, 22, 23, 24 ocupado por Ricardo y Toña, Jesús y Teresa, Nando y Carmina y Miguel y Lucia. Nos centraremos en la vivienda por nº 22 ocupada por mis padres.
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