LOS PROFESORES UNIVERSITARIOS ANTE LA CRISIS
Queremos que la ciudadanía entienda que esta crisis no es simplemente un hecho circunstancial, sino la expresión de un modo de vida y de organización de todo el sistema social y económico que es material y humanamente insostenible.
Por eso será imposible salir de la crisis como se quiere salir.
También estamos comprobando que la crisis hace evidente la fragilidad de nuestra democracia porque en lugar de la deliberación predomina la imposición y porque los poderes financieros y económicos se imponen continuamente a las instituciones representativas. Ceder a la extorsión de “los mercados” es debilitar aún más la democracia y así solo se saldrá de la crisis con menos bienestar y justicia. Se quiere hacer creer a la ciudadanía que las medidas que se están adoptando son las únicas posibles pero la experiencia de otros países nos permite afirmar que eso no es verdad y que cuando se adoptan solo conducen, como acaba de decir el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, “al desastre”.
Es inmoral e inaceptable que el dinero que los poderes públicos dan a los bancos al 1% para que financien a la economía solo lo utilicen para comprar deuda pública al 5 o incluso al 10% o para seguir especulando.
Sabemos que la reforma laboral que se prepara solo con el propósito principal de debilitar el poder de negociación de los trabajadores no es lo que se necesita para crear empleo.
Sabemos que los recortes de gasto público que se proponen no son los más eficaces ni los más justos y que, en todo caso, hay otros que se podrían haber recortado primero, como los militares.
Pero la experiencia también nos enseña que cuando la ciudadanía se empodera y conoce bien lo que pasa a su alrededor es capaz de influir y de torcer las decisiones que le obligan a ir por los caminos que no desea transitar.
Reclamamos, por tanto, que los medios de comunicación públicos cumplan con la tarea a la que están llamados y abran urgentemente debates sobre la crisis en los que no se difundan siempre las mismas ideas de quienes detentan el poder sino las diferentes concepciones y propuestas sobre lo que está ocurriendo y sobre la mejor forma de hacerle frente.
Con este convencimiento, nos comprometemos a contribuir con nuestra actividad universitaria para que la sociedad tome conciencia de que las medidas que se están adoptando NO PERMITIRÁN RESOLVER LA CRISIS porque solo se encaminan a facilitar que los de por sí más privilegiados obtengan más cómodamente sus enormes beneficios. [+ Ver artículo completo]
Queremos que la ciudadanía entienda que esta crisis no es simplemente un hecho circunstancial, sino la expresión de un modo de vida y de organización de todo el sistema social y económico que es material y humanamente insostenible.
Por eso será imposible salir de la crisis como se quiere salir.
También estamos comprobando que la crisis hace evidente la fragilidad de nuestra democracia porque en lugar de la deliberación predomina la imposición y porque los poderes financieros y económicos se imponen continuamente a las instituciones representativas. Ceder a la extorsión de “los mercados” es debilitar aún más la democracia y así solo se saldrá de la crisis con menos bienestar y justicia. Se quiere hacer creer a la ciudadanía que las medidas que se están adoptando son las únicas posibles pero la experiencia de otros países nos permite afirmar que eso no es verdad y que cuando se adoptan solo conducen, como acaba de decir el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, “al desastre”.
Es inmoral e inaceptable que el dinero que los poderes públicos dan a los bancos al 1% para que financien a la economía solo lo utilicen para comprar deuda pública al 5 o incluso al 10% o para seguir especulando.
Sabemos que la reforma laboral que se prepara solo con el propósito principal de debilitar el poder de negociación de los trabajadores no es lo que se necesita para crear empleo.
Sabemos que los recortes de gasto público que se proponen no son los más eficaces ni los más justos y que, en todo caso, hay otros que se podrían haber recortado primero, como los militares.
Pero la experiencia también nos enseña que cuando la ciudadanía se empodera y conoce bien lo que pasa a su alrededor es capaz de influir y de torcer las decisiones que le obligan a ir por los caminos que no desea transitar.
Reclamamos, por tanto, que los medios de comunicación públicos cumplan con la tarea a la que están llamados y abran urgentemente debates sobre la crisis en los que no se difundan siempre las mismas ideas de quienes detentan el poder sino las diferentes concepciones y propuestas sobre lo que está ocurriendo y sobre la mejor forma de hacerle frente.
Con este convencimiento, nos comprometemos a contribuir con nuestra actividad universitaria para que la sociedad tome conciencia de que las medidas que se están adoptando NO PERMITIRÁN RESOLVER LA CRISIS porque solo se encaminan a facilitar que los de por sí más privilegiados obtengan más cómodamente sus enormes beneficios. [+ Ver artículo completo]
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