Una vez aprobada la nueva Ley del Aborto, toca dar un nuevo toque liberal y progresista a la sociedad española. Para tal fin, mucho me temo que no tardará mucho en plantearse la polémica sobre la eutanasia.
Se trata de conseguir un Mundo Feliz, por el sistema de eliminar a los que puedan proporcionarnos el más mínimo inconveniente, trátese de un no nacido, un enfermo o un anciano, para que permanezcan solamente los útiles, por sus votos y por su aportación económico/impositiva al sistema.
Del no nacido alegamos que no se trata de un ser, y tampoco creo que cueste mucho a los hijos naturales y/o políticos convencer ¿manipular? a un debilitado, inseguro, enfermo, decrépito y ¿molesto? anciano de la necesidad de que, dado que se encuentra en un estado terminal, lo más conveniente es que utilice los servicios médicos pertinentes puestos a su disposición, para evitarse sufrimientos posteriores, por lo que una vez establecidas las disculpas que insensibilicen nuestra conciencia, ya tenemos el camino democrático debidamente allanado. Además trae, como valor añadido, que también conseguimos ventajas económicas ya que, si logramos introducir esta mentalidad y prolifera la costumbre, habrá que pagar durante menos años pensiones a nuestros jubilados, siendo por lo tanto una alternativa 'social' al aumento de la edad de jubilación, con la diferencia de que será mejor aceptada por los votantes, especialmente los más sanos y jóvenes. Posiblemente esto, además de votos, provoque un rebrote del turismo europeo hacia España, para proceder bien a abortar o bien a realizar un último viaje sin retorno, porque estoy seguro que será una de las legislaciones más permisivas y avanzadas en esta materia, con lo que la afluencia puede ser masiva. Con esta normativa, nuestros dirigentes podrán ya poner la guinda y convertirse en los más avanzados progresistas, en materia social, aunque lo lamentable es que esta medida que pudiera ser puntualmente beneficiosa para algunos enfermos terminales, una vez hecha la ley ... todo el monte es orégano.
José Salas en Cartas al Director del Diario Montañés
Se trata de conseguir un Mundo Feliz, por el sistema de eliminar a los que puedan proporcionarnos el más mínimo inconveniente, trátese de un no nacido, un enfermo o un anciano, para que permanezcan solamente los útiles, por sus votos y por su aportación económico/impositiva al sistema.
Del no nacido alegamos que no se trata de un ser, y tampoco creo que cueste mucho a los hijos naturales y/o políticos convencer ¿manipular? a un debilitado, inseguro, enfermo, decrépito y ¿molesto? anciano de la necesidad de que, dado que se encuentra en un estado terminal, lo más conveniente es que utilice los servicios médicos pertinentes puestos a su disposición, para evitarse sufrimientos posteriores, por lo que una vez establecidas las disculpas que insensibilicen nuestra conciencia, ya tenemos el camino democrático debidamente allanado. Además trae, como valor añadido, que también conseguimos ventajas económicas ya que, si logramos introducir esta mentalidad y prolifera la costumbre, habrá que pagar durante menos años pensiones a nuestros jubilados, siendo por lo tanto una alternativa 'social' al aumento de la edad de jubilación, con la diferencia de que será mejor aceptada por los votantes, especialmente los más sanos y jóvenes. Posiblemente esto, además de votos, provoque un rebrote del turismo europeo hacia España, para proceder bien a abortar o bien a realizar un último viaje sin retorno, porque estoy seguro que será una de las legislaciones más permisivas y avanzadas en esta materia, con lo que la afluencia puede ser masiva. Con esta normativa, nuestros dirigentes podrán ya poner la guinda y convertirse en los más avanzados progresistas, en materia social, aunque lo lamentable es que esta medida que pudiera ser puntualmente beneficiosa para algunos enfermos terminales, una vez hecha la ley ... todo el monte es orégano.
José Salas en Cartas al Director del Diario Montañés
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