Política de urbanismo de Zurich: hacer la vida imposible a los conductores. Como la ciudad suiza, Copenhague, Viena o Múnich afrontan sus problemas de movilidad confiscando espacio al automóvil. En Londres o Estocolmo, para acceder al centro se obliga al pago del denominado impuesto por congestión. Y una asociación de municipios alemanes solo permite la entrada a sus cascos urbanos a coches con bajos niveles de emisión de gases como el dióxido de carbono. Esto, unido a la política pro bicicleta, que existe en gran parte del continente europeo, transmite la idea de que en el modelo de ciudad del Viejo Continente, la política es la guerra al coche. [ver artículo]
No hay comentarios:
Publicar un comentario