Acabas de llegar del supermercado y te apetece tomarte una lata de refresco (léase cerveza) bien fresquita, pero acabas de comprarlas y están calientes ¿Dónde y cómo las enfriamos? ¿Podemos hacer algo? ¿Hay alguna forma de acelerar el proceso? ¿Podemos engañar a la Madre Naturaleza para que trabaje para nosotros?
Roberto nos enseña el truco para no tomarte una cerveza caliente nunca más:
Si metemos la lata en el congelador tardaríamos entre 20 y 30 minutos, pero si n lugar de meterla sola la introducimos dentro de un recipiente con agua y hielo, el tiempo se reduce a 3-5 minutos salvo que pongas sal en el agua: 2 minutos.
Haz la prueba: Introduce en la nevera un recipiente con agua, sal, y dos cubitos de hielo y en 5 minutillos la lata pasará de temperatura ambiente (18º C), a tener hielo flotando.
Esta técnica (la del hielo, el agua y la sal) se suele usar en los hoteles para enfriar y mantener frío el Champaña.
Explicación: La mezcla baja rápidamente de temperatura sin llegar a congelarse gracias a la sal. Ésta, para disolverse, necesita energía y tendrá que tomarla absorbiendo el "calor" del agua.
A la vez, el hielo se derretirá puesto que el contacto con la sal disminuye su temperatura de solidificación y para perder la estructura sólida también necesita energía, por lo que también la tomará del agua enfriándola aún más.
Por supuesto, el contacto con el exterior "dificulta" nuestro objetivo (el aire caliente aporta energía), pero en una nevera el proceso no tendrá freno.
Ya nunca volverás a tener las bebidas calientes antes de una fiesta.
¡¡¡CERVEZAS CALIENTES NUNCA MÁS!!!
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