DINERO PARA BANCOS
Dicen las noticias que los bancos y las cajas de ahorro de España necesitan miles de millones de euros para funcionar bien. Me pregunto por qué los políticos, en vez de ayudar a los millones de ciudadanos que realmente están sufriendo la crisis, ayudan a quienes la han causado. Bancos y cajas de ahorro, negando préstamos a las empresas, están provocando el cierre de éstas y el aumento del paro. Bancos y cajas de ahorro, quedándose los apartamentos de quienes no pueden pagar la hipoteca, están provocando que mucha gente tenga que vivir en la calle. Bancos y cajas de ahorro, vendiendo todos los apartamentos que han usurpado, podrían poner fin a sus ingentes necesidades de capital. Sin embargo, recurren a dinero público de todos los ciudadanos (administrado por el Estado) para solucionar sus problemas.
Es totalmente injusto que, en las épocas en las cuales la economía va bien, los beneficios sean exclusivamente para los bancos y las cajas de ahorro. Es injusto que, en las épocas en las cuales la economía va mal, sean los ciudadanos quienes tengan que salvar con su dinero, dinero público, a estas entidades financieras. Sobre todo porque los directivos siguen cobrando cifras astronómicas. No obstante, la culpa no es sólo de bancos y cajas de ahorro, sino también de una clase política que, por oscuros intereses personales, se niega a aplicar los mecanismos del Estado para regular y evitar los excesos del mercado. Mientras el poder político continúe ayudando a bancos y cajas de ahorro, la crisis persistirá y los ciudadanos nos iremos haciendo más pobres. Mientras el poder político ayude al fuerte e ignore al débil, las cosas nunca irán bien.
[Gonzalo García en Cartas al Director, del Diario Montañés]
Es totalmente injusto que, en las épocas en las cuales la economía va bien, los beneficios sean exclusivamente para los bancos y las cajas de ahorro. Es injusto que, en las épocas en las cuales la economía va mal, sean los ciudadanos quienes tengan que salvar con su dinero, dinero público, a estas entidades financieras. Sobre todo porque los directivos siguen cobrando cifras astronómicas. No obstante, la culpa no es sólo de bancos y cajas de ahorro, sino también de una clase política que, por oscuros intereses personales, se niega a aplicar los mecanismos del Estado para regular y evitar los excesos del mercado. Mientras el poder político continúe ayudando a bancos y cajas de ahorro, la crisis persistirá y los ciudadanos nos iremos haciendo más pobres. Mientras el poder político ayude al fuerte e ignore al débil, las cosas nunca irán bien.
[Gonzalo García en Cartas al Director, del Diario Montañés]
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