LOS HOTELES PONEN COTO A LAS SILLAS DE RUEDAS A MOTOR QUE USAN MASIVAMENTE LOS TURISTAS
El alquiler de sillas de ruedas a motor se ha convertido en el último grito en diversión por parte de muchos turistas de mediana edad, familias y grupos de amigos, principalmente de origen británico, para desplazarse cómodamente de un lado a otro de la ciudad de día y de noche.
Poner coto a una práctica hasta hace poco extraordinaria y que este verano se ha convertido en norma. Los hoteles de Benidorm restringirán el acceso de sillas de ruedas a motor dentro de sus instalaciones y limitarán su uso a turistas que de verdad padezcan algún problema de movilidad.
Aunque su principal finalidad era la de dar servicio a personas con discapacidad, mayores o turistas con algún problema de movilidad y facilitar que todos ellos pudieran disfrutar de sus vacaciones sin mayores impedimentos, el uso de este tipo de sillas de ruedas a motor se ha extendido hasta el punto de convertirse en un quebradero de cabeza para autoridades locales, vecinos y empresarios turísticos.
Basta con apuntar unos pocos datos. A falta de cerrar un registro exacto, fuentes municipales calculan que en la ciudad se comercializan diariamente unas 500 sillas motorizadas, que según se publicita en distintas webs, cualquiera puede alquilar a precios que oscilan desde los 10 euros por día a los 50 euros por poder disfrutar de este vehículo durante una semana.
Así que, debido a su asequible coste y la comodidad que supone poder ir a cualquier lado sin tener que andar, el arrendamiento de estos carros se ha expandido entre turistas de todo tipo de edad, principalmente de Reino Unido. Entre sus usos más extendidos, se han detectado casos de turistas que las emplean para hacer carreras a gran velocidad en la vía pública, para festejar despedidas de solteros o para ir de juerga, lo que incrementa su peligrosidad al conducirlas bajo los efectos del alcohol y sin posibilidad de ser sancionados. [ver artículo completo]
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