Toño nos remite la siguiente hipótesis, para compartir con todos nosotros:
Finales de 2015. Rajoy ha ganado las elecciones, pero le faltan once escaños para la mayoría absoluta. Eduardo Madina, flamante líder del PSOE, elegido por la militancia en unas primarias abiertas, inicia conversaciones para formar «una gran alianza de izquierdas, que revierta la postración de la derecha y nos devuelva las libertades». El «todos contra el PP» se convierte en el Super Glue que aglutina rápidamente una nueva «mayoría de progreso».
Enero de 2016. El presidente Madina presenta a su gabinete. El jefe del Ejecutivo aparece ojeroso, solemne: estamos ante una revancha histórica, el regreso del Frente Popular. Al lado de Madina, todavía más circunspecto, con su coleta y su corbata caída, vemos al vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, el candidato de Podemos, la tercera fuerza. Entre los ministros detectamos caras conocidas. Allí está Cayo Lara, titular de Interior (ahora se llama Promoción de la Paz) y Ada Colau, ministra de Economía y Vivienda (ahora Ministerio del Progreso Igualitario).
Con su agradable voz de barítono, el presidente Madina lee en el Congreso su discurso de investidura. Ha incorporado buena parte del programa de Podemos e IU, pues de lo contrario no habría habido acuerdo. España entra en una nueva era. Aunque tal vez ya no exista por mucho tiempo como tal: el presidente Madina está anunciando que habrá una consulta para la independencia de Cataluña y el País Vasco, porque como dice Pablo Iglesias, «si los catalanes quieren irse no hay nada que discutir». Luego desgrana las reformas económicas: jornada de 35 horas semanales, jubilación a los 60, abolición de las reformas laborales, más impuestos para empresas y bancos, creación de una banca pública; estatalización de las telecomunicaciones, la alimentación, el transporte y la energía. Los desahucios quedan prohibidos, la «okupación» de casas es legal y las viviendas vacías serán nacionalizadas «y gestionadas democráticamente». Todos los ciudadanos recibirán una renta básica solo por serlo.
Concluye Madina entre aplausos enardecidos de la populosa bancada de la izquierda. A la mañana siguiente surge un problemilla: la prima de riesgo ha subido 200 puntos en una mañana. El Ibex sufre un crack y los ahorradores pierden sus inversiones. Al mes siguiente, las grandes empresas españolas notan que ya no logran financiarse en los mercados. Cierres y despidos masivos. Manifestaciones de propietarios, que ven como grupos de tarambanas que no han dado un palo al agua les «okupan» sus segundas viviendas. Comienza el éxodo de la inversión extranjera. España no puede colocar sus bonos. Quiebra, corralito y pánico. La UE, el FMI y Estados Unidos anuncian una inevitable intervención. Madina e Iglesias aparecen en «Al Rojo Vivo» junto a Maduro, Evo Morales y una líder verde alemana para denunciar la «conjura exterior» contra la alternativa de progreso.
La fábula anterior ya aparece en las conversaciones. Es una hipótesis tarumba, que no llegará. Pero …
(PD: las medidas citadas en el relato son citas literales del programa de Podemos).
Fuente: LUIS VENTOSO, ABC – 01/06/14
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