El Tiempo en Corrales de Buelna,Los

23 mayo 2015

CARRUSEL DE ODIOS

Para quien quiera odiar, lo que sobra son objetos donde elegir. Tengo un amigo, por ejemplo, que odia a la Iglesia, y la ve como la fuente de los principales males del país, del mundo quizá. Les costará creerlo a otras personas que conozco, que desde su infancia tienen asociada la Iglesia a experiencias positivas, y la entienden como básicamente buena, benéfica. Otro odia el nacionalismo, pero yo he conocido a gente que se crió con él y está segura de deberle lo mejor de su vida, ¡el nacionalismo no es malo!, salvo que a veces se desboca, como todo. Claro que algunos de mis amigos nacionalistas suelen odiar a Madrid, cuando yo no sé qué malo lo ven, porque hay mucho madrileño sin rabo ni cuernos. Otros odian ciertos inmigrantes, o al inmigrante en general, pero también conozco a quien los ama, y es compatriota de los anteriores. He visto que se puede odiar también a los pobres, a los feos, a los pijos, a los sindicatos, o a cosas como el capital, a la derecha, la policía o el Islam. Si los motivos de odio fueran tan claros para cada cosa, todo el mundo deberíamos estar odiando todo el día. Pero nos falta tiempo para tanto.
Adolfo Palacios González, en Cartas al Director, del Diario Montañés.