Nunca pensé que mi último viaje, del que acabo de regresar, hubiese originado tal cantidad de controversia en nuestro valle, hasta el extremo de ser tachado de irresponsable por unos (la mayoría), y de héroe por otros (la minoría).
El caso es que los que más ruido han hecho han sido precisamente las posiciones minoritarias.
MEDALLA AL MÉRITO
Me ha costado trabajo conseguir que un reducido grupo de personas reconsiderasen su postura y abandonasen la idea de dirigirse a nuestras autoridades locales, para que se me otorgase la Medalla de Oro al Mérito, con distintivo blanco. Aunque el hecho en sí no dejo de reconocer que tiene sus peculiaridades, nunca lo he considerado como una valentía. También me consta que son pocos los que estarán dispuestos a superar, o igualar, los motivos por los que se me quería solicitar la citada distinción de la que, por supuesto, no me considero merecedor de la misma.
BEATIFICACIÓN
Más llamativo me ha resultado que otro grupo de animosos vecinos estuviesen dispuestos a solicitar mi beatificación. En este punto he sido más tajante, ya que entramos en otra dimensión, a la que no estoy dispuesto a transigir, sobretodo, cuando uno de los requerimientos fundamentales es haber fallecido primero y no estoy dispuesto a cumplir ese requisito hasta pasados varios años, porque me encuentro muy bien entre vosotros y no quiero dejaros solos.
Además, no doy el perfil que se requiere para tan alta distinción, a la que están llamados aquellos que hayan realizado algún milagro y yo por el momento no he hecho ninguno.
Además, no doy el perfil que se requiere para tan alta distinción, a la que están llamados aquellos que hayan realizado algún milagro y yo por el momento no he hecho ninguno.
El hecho que ha motivado estas discrepancias, es haber pasado unas excelentes vacaciones, en compañía de mi esposa Laura, mi suegra Mª Jesús, mi cuñada Mariage y mi sobrina Laurita, hija de la anterior, en un apartado lugar, y haber sobrevivido al mismo.
No dejo de reconocer que ambos grupos de vecinos tienen su parte de razón, al considerarme un irresponsable y un héroe al mismo tiempo y por el mismo hecho, porque convivir con cuatro mujeres, de edades que van desde los 79 años a los 13, con mentalidades tan distintas, no deja de tener su mérito.
EL LUGAR
El lugar se encuentra en sudoeste francés, a tres horas de aquí en coche y te animo a conocerlo. Es un espacio natural lleno de pinos y al borde del mar, con una dimensión aproximada de 30 campos de fútbol, en el que se han colocado más de 1500 casas móviles, casas de campo y chalets para todos los gustos. Allí dejas aparcado el coche nada más llegar y te olvidas de él hasta el día del regreso. Nuestra pequeña casita de madera constaba de 3 habitaciones, aseos, cocina y salón comedor, con aire acondicionado. En el exterior tenía una barbacoa con un par de mesas.
En el mismo se puede disfrutar al mismo tiempo del campo y de la playa, es capaz de hacer felices a padres, hijos, abuelos y nietos, en un entorno de tranquilidad durante el día y de paz durante la noche. Es impresionante volver a ver a niños jugando en la calle, mientras cruza la misma un conejo salvaje.
Se puede compaginar playa y piscina, así como hacer excursiones familiares, andando o en bicicleta. Hay instalaciones deportivas y atracciones por las noches, pero tras acabar las mismas reina una paz nocturna que nunca imaginé que llegara a ser posible.
Se trata de uno de los campings más famosos del entorno, situado en la región francesa de Las Landas, de nombre Le Vieux Port. Para no alargarme más, pulsa sobre la imagen y podrás acceder a la página del mismo para que tengas una mayor información.
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