Un año más, cuando se pregunta a la gente qué lee, parece que sólo se leen novelas; y encima, cuando los encuestadores de los medios preguntan a la gente, la pregunta parece presuponer que la lectura van a ser novelas. Quizá se usa (y se promueve) la lectura demasiado como opio, y poco para transformar la realidad, como diría K. Marx. Y una vez más, cuando se habla del ganador de un premio literario (ganadora en este caso), sólo se habla de compromiso político, de denuncia, de valentía, como si la literatura se fundase en eso; como si el pueblo no tuviera derecho a oír un análisis de lo meritorio las obras, de lo que una obra presenta en cuanto a aspectos específicamente artísticos. Así, la gente queda huérfana de un lenguaje estético, la cultura general queda huérfana de comentarios apropiados, y el país, por lo visto, queda huérfano de lectores que sepan leer más allá del seguimiento de un argumento, de unas peripecias personales. No hay celebración de la literatura ni de la lectura.
Adolfo Palacios, para Cartas al Director de El Diario Montañés.
Adolfo Palacios, para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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