Es contradictorio que un responsable del Gobierno de Cantabria nos presente, en la UIMP, como gran proyecto, una ley de participación ciudadana, y al mismo tiempo se excluya de la Comisión de Ordenación y Urbanismo a los expertos y profesionales. Al margen de motivos prácticos, aunque solo sea por estética (o sea, por el valor simbólico que tiene, o sea, por vergüenza), esa presencia se debe mantener. Por mucho que algunos se alegren ¿no es ya suficiente el bajo nivel que España tiene, a nivel europeo, en estos asuntos? La Constitución dice que, las instituciones, su estructura y funcionamiento han de ser democráticos; los partidos políticos ya han desandado, y dejado de andar, demasiados pasos en este terreno, desde que algunos analistas alertaron de ello a finales del siglo pasado. Con estas prácticas, no se puede después criticar que Pedro Sánchez esté laminando las instituciones del Estado.
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