Estoy hablando de la energía que impulsa a la persona, la que la lleva a hacer aquello en lo que cree. O a creer en lo que hace. Hay quien tiene más empuje, otros son más lánguidos. Juega también su papel el estado psicosomático, como se ve en la depresión o en la falta de sueño; o al contrario, en la cólera, o bajo los efectos del amor. Los biorritmos asimismo influyen, y el ejercicio físico. Y las circunstancias: esa chica guapa no ha querido mirarte, o bien has tenido suerte y el grupo te ve ahora como líder. La energía puede variar con la edad: puede ser ardua de manejar en la adolescencia. Y decaer en la vejez. También con sustancias: el café, el mal de altura. Y la energía individual es influida por la época, y por las expectativas que tiene el grupo (o grupos) al que crees pertenecer: grupo familiar, generacional, político, ecologista, místico, nacionalista... ¡"Conócete a ti mismo"!
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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