Sobre las cinco y media de la tarde el tren Santander Valladolid tuvo que detenerse a la altura de la estación de Arenas de Iguña tras golpear al vehículo, a pesar de que, según cuentan los testigos, pudieron oír y ver cómo el conductor hacía todo lo posible por, si no evitar el accidente, reducir los daños. El convoy se detuvo prácticamente paralelo al andén de la estación de Arenas. A partir de ahí se activó el protocolo de transportes alternativo, para permitir que los pasajeros de dos trenes de Cercanías siguieran su camino en autobús desde Los Corrales de Buelna a Bárcena de Pie de Concha, y el de seguridad, hasta que sobre las seis y cuarto el tren accidentado fue autorizado a reanudar la marcha efectuando su paso por Bárcena y restableciéndose la circulación.
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