Observemos que los jóvenes, aunque a veces sean descuidados con el entorno, para ir de botellón o con la pareja no les vale cualquier sitio, ha de tener cierta belleza; instintivamente saben lo que necesitan. Pero los buenos ambientes escasean, sobre todo en países con poca sensibilidad urbanística. Las habilidades musicales, si se adquieren bien desde la infancia, posibilitan a la persona hacerse un "ambiente" digno, satisfactorio, que ella puede llevar consigo y levantarlo en cualquier sitio, con pocos medios. Hay regiones más musicales que otras, pero en España no suele comprenderse la música (que se entiende más como una manera adornada de transmitir mensajes verbales), ni su valor. Mal para los jóvenes, pues les priva de sentirse capaces, competentes, y de intuir que el mundo podría ser un lugar acogedor, donde tenga sentido algo más que la evasión.
Adolfo Palacios para Cartas al Director de El Diario Montañés.
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