En la sección de Cartas al Director del Diario Montañés, han aparecido estas dos cartas que quiero compartir contigo, para que analices las tendencias existentes, que suelen diferir si el que opina es un varón o una mujer:
EL ABORTO, UN DERECHO EN NUESTRA SOCIEDAD
La habilidad de los promotores del aborto radica en que han sido capaces de convertir un drama en un derecho y una necesidad de nuestro tiempo. Para ello han banalizado la destrucción que implica el aborto. Algo que no es nuevo. Hannah Arendt hablaba del genocidio nazi y usaba la expresión “banalidad del mal” para explicar cómo los nazis alemanes se volvían insensibles al sufrimiento judío. Para no sentir remordimientos de conciencia cosificaban a los judíos, los miraban como objetos.
Hoy también los niños abortados son cosificados y no son tratados como lo que son realmente.
La estrategia del aborto institucionalizado se consolida. Podrán retirarse conciertos económicos a los colegios, pero el concierto a los abortorios no se reduce. Incluso no sería raro ver que algunos implicados en la industria del aborto aparecieran en los medios como si estuvieran rindiendo un servicio a la sociedad.
De todas formas, no creo que este fenómeno vaya a perdurar en el tiempo. Una sociedad que aborta está lastrando su futuro. Ahora nos lavamos las manos, pero dentro de no mucho nos llevaremos esas manos a la cabeza y nos preguntaremos: ¿Qué hemos hecho?
LA DIFICIL DECISIÓN DE ABORTAR
Desde luego hay que respetar todas las opiniones, pero parece necesario recordar a algunas personas que para una mujer estar en la tesitura de tener que abortar no es para nada plato de buen gusto ni una decisión fácil de tomar. Todo lo contrario. La primera y última afectada física y psicológicamente es ella y supongo que esto no quepa en la cabeza de muchos hombres ya que ni se embarazan, ni paren, ni amamantan. El aborto, en muchos casos, es la solución a un accidente, como operan al que se rompe una pierna si se cae de la bici, porque el ciclista no se tire adrede. A los hijos hay que tenerlos cuando se quiere y se está preparado y en ningún caso una mujer que aborta en un hospital está matando ni cosificando a nadie, porque aún no hay alguien.
Rebeca S. Jerez
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