El aborto es un derecho jurídico que viola un derecho humano. El aborto no puede estar en la lista de los derechos humanos, por lo que no puede ser un derecho de la mujer. Entre otros derechos existen el derecho a un trabajo digno, a la educación, a la asistencia sanitaria, a la libertad de expresión, el derecho a la infancia … En ningún caso admitiríamos el derecho a la esclavitud, a dejar en la ignorancia al que quiere aprender, a imponer mi pensamiento o a la explotación sexual y laboral de los niños. Pues tampoco se puede tener derecho a matar. La vida del no nacido es la más débil, ya que por no tener no tiene ni visibilidad, está oculto, silencioso, se puede hacer con él lo que se quiera, no va a gritar y encima lo ampara la ley. Sin embargo, con el tiempo habla a las conciencias de tantas mujeres que lamentan lo que hicieron o se sintieron obligadas a hacer.
Los derechos son de la persona para ejercerlos sobre ella misma, no sobre otros ajenos a ella. La mujer puede hacer lo que quiera con su sexualidad, puede decidir quedarse embarazada o no, pero cuando ya lo está, debemos proteger la nueva vida, porque es otro sujeto distinto a ella. ¿Por qué se abusa de los niños no nacidos? Porque son un problema. Los niños no son un problema. Pueden venir rodeados de problemas, pero ellos no son el problema. Vienen para dar y recibir amor. El problema lo tenemos nosotros y la sociedad que no apoya a los padres en dificultades.
Como Obama, tengo un sueño para los españoles: que desaparezca la mentalidad de que estar en contra del aborto es ser retrógrado y el miedo a manifestarlo públicamente, y que nos importó lo que le pasa al que está amenazado, sea negro, comunista, judío, cura o niño no nacido.
Belén Oceja, de Santander, en Cartas al Director, del Diario Montañés.
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