¿Pero quién fue Ramón García Polanco, conocido por los vecinos del pueblo y los obreros de la fábrica como “Ramonín”? En principio decir que fue una persona que desde muy pequeña se movió en el mundo del comercio. Él, desde pequeño, había ayudado a su tío Antonio Polanco, en su tienda de ultramarinos que tenía en otra zona del pueblo. Allí aprendió los secretos del comercio: tratar a los clientes, a los empleados, comprar y vender su producto, y todo ello era la base para cualquier negocio.
Con este aprendizaje y, al obtener los recursos necesarios, se planteó abrir un negocio.
Parece ser que alquiló el local al que nos hemos referido, pero no era un bar, era un ultramarino. Un local en el que se vendían los productos típicos: frutas, verduras, latas, etc; en
el que también se podía tomar un vino. Durante este período Ramonín contó con la ayuda de
sus hermanas, para salir adelante con su objetivo.
Las cosas cambian cuando Ramonín da el paso de casarse con Pilar Ruiz Ortega que, a partir de ese momento se va a convertir en su punto de apoyo. La primera decisión que toman es la de centrarse en la explotación del local como bar y abandonar su actividad de ultramarinos.
Todo iba bien, el negocio se consolidaba, los clientes eran fieles al local, pero Pilar, como ya veremos se centra en otro negocio que ambos tenían en la zona. Ramonín ya no puede estar solo y decide contratar a varias personas que actúan de camareros. Fueron tres, que parece, que al menos dos ellos, eran del pueblo de Piña del Campo, en la provincia de Palencia.
En un momento dado el dueño de la zona, Francisco Macho, decide proceder a construir dos bloques destinados a viviendas y a locales comerciales. La construcción afectaba al bar. Pero se comienza por la zona contraria, con lo cual el bar sigue funcionando y posibilita buscar alternativas.
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