Visto que en Hollywood andan cortos de ideas y que en los últimos tiempos los estudios parecen más talleres de chapa y pintura en los que se modernizan películas antiguas, he aquí un argumento por el que Walt Disney hubiera dado la mitad de su emporio.
El guion viene firmado desde Croacia y tiene como protagonistas a una pareja de cigüeñas enamoradas que arrastran tras de sí una romántica historia de fidelidad y entrega. Ella, Malena, es una hembra desvalida que no puede volar. Él, Rodan, un veterano macho que se enamoró hasta las patas de ella y cada primavera regresa a su nido para formar una nueva familia.
La primera escena de su película arrancaría como la más atroz secuencia de 'Bambi'. Un cazador sin escrúpulos apuntaría su arma al cielo y alcanzaría a Malena en un ala. Ella caería pero sería recogida por un lugareño de la zona, que evitaría su muerte. Todo esto ocurrió en realidad en 1993 en los alrededores de la localidad croata de Slavonski Brod, junto a la frontera bosnia. Se desconoce la identidad del tirador pero el buen samaritano se llama Stipe Vokic. Él se encargó de cuidarla y hacerle un nido en los alto de la escuela donde trabaja de conserje. Todo perfecto salvo por un detalle: el disparo dejó al ave impedida para volar y condenada a no poder emigrar con sus congéneres cada otoño a África.
Rodan entró en escena hace nueve años. En la primavera de 2002 aterrizó por Slavonski Brod, descubrió el nido de Malena y se enamoró. Las cigüeñas son seres extremadamente fieles y nunca cambian de pareja, así que nuestros dos protagonistas iniciaron en ese instante una vida en común. Llegó el otoño y con él la llamada de la Naturaleza. Rodan se dispuso a iniciar su gran migración por el valle del Nilo hasta Sudáfrica, donde pasa el invierno. Pero su pareja no podía. Cuentan los vecinos, según recoge el periódico local 'Vecernji list', que él le crotoraba desde el aire y ella lo intentaba, pero era inútil. La desgarradora escena se repite cada año cuando el verano toca a su fin. Él emprende el viaje de 13.000 kilómetros y ella se queda sola. «Cada vez que lo veo se me parte el corazón», relata Vokic.
Durante el invierno, él se encarga de cuidar y alimentar a Malena hasta que en primavera, como siempre, por el horizonte aparece su amado. Pero este año Rodan no terminaba de llegar. Ni James Cameron lo hubiera preparado mejor. Saltaron las alarmas y en Croacia ya se lamentaba un posible accidente o incluso su muerte en África. «Han criado juntos a 35 cigüeñas», comentaba entonces en tono de lamento Vokic.
Pero el guion dio un nuevo giro cuando él apareció, como siempre, aunque más débil que nunca -las cigüeñas viven de media dos décadas-. De momento este año han tenido seis polluelos y los croatas celebran una vez más esta historia de amor. Durante las próximas semanas todos convivirán como una familia y el padre enseñará a su prole a volar para que, llegado el momento, abandonen el nido rumbo a África. Pero entonces Malena volverá a quedarse sola y quién sabe si esta vez será para siempre.
[Fuente: El Diario Montañés]
La primera escena de su película arrancaría como la más atroz secuencia de 'Bambi'. Un cazador sin escrúpulos apuntaría su arma al cielo y alcanzaría a Malena en un ala. Ella caería pero sería recogida por un lugareño de la zona, que evitaría su muerte. Todo esto ocurrió en realidad en 1993 en los alrededores de la localidad croata de Slavonski Brod, junto a la frontera bosnia. Se desconoce la identidad del tirador pero el buen samaritano se llama Stipe Vokic. Él se encargó de cuidarla y hacerle un nido en los alto de la escuela donde trabaja de conserje. Todo perfecto salvo por un detalle: el disparo dejó al ave impedida para volar y condenada a no poder emigrar con sus congéneres cada otoño a África.
Rodan entró en escena hace nueve años. En la primavera de 2002 aterrizó por Slavonski Brod, descubrió el nido de Malena y se enamoró. Las cigüeñas son seres extremadamente fieles y nunca cambian de pareja, así que nuestros dos protagonistas iniciaron en ese instante una vida en común. Llegó el otoño y con él la llamada de la Naturaleza. Rodan se dispuso a iniciar su gran migración por el valle del Nilo hasta Sudáfrica, donde pasa el invierno. Pero su pareja no podía. Cuentan los vecinos, según recoge el periódico local 'Vecernji list', que él le crotoraba desde el aire y ella lo intentaba, pero era inútil. La desgarradora escena se repite cada año cuando el verano toca a su fin. Él emprende el viaje de 13.000 kilómetros y ella se queda sola. «Cada vez que lo veo se me parte el corazón», relata Vokic.
Durante el invierno, él se encarga de cuidar y alimentar a Malena hasta que en primavera, como siempre, por el horizonte aparece su amado. Pero este año Rodan no terminaba de llegar. Ni James Cameron lo hubiera preparado mejor. Saltaron las alarmas y en Croacia ya se lamentaba un posible accidente o incluso su muerte en África. «Han criado juntos a 35 cigüeñas», comentaba entonces en tono de lamento Vokic.
Pero el guion dio un nuevo giro cuando él apareció, como siempre, aunque más débil que nunca -las cigüeñas viven de media dos décadas-. De momento este año han tenido seis polluelos y los croatas celebran una vez más esta historia de amor. Durante las próximas semanas todos convivirán como una familia y el padre enseñará a su prole a volar para que, llegado el momento, abandonen el nido rumbo a África. Pero entonces Malena volverá a quedarse sola y quién sabe si esta vez será para siempre.
[Fuente: El Diario Montañés]
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