«Y, sin embargo, se mueve». Siglos después, los afectados por el corrimiento de tierras en San Mateo de Buelna coinciden con Galileo Galilei, aunque su afirmación está más ceñida a un problema concreto, la tierra de la ladera sobre la que se levantan sus viviendas sigue agrietándose, aparecen nuevas fisuras y las grietas crecen, a pesar de las declaraciones que apuntan a la estabilidad del terreno.
Crecen las grietas como crece su preocupación por un problema que cumple cuatro meses sin solución a la vista; como crece su preocupación por los propietarios de un terreno que sigue sin ver la luz sobre quién asumirá el coste de su reparación; y crece, especialmente en los últimos días, porque algunos de los vecinos que llevan meses fuera de casa empiezan a sufrir en su salud el exilio.
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