ODISEA BANCARIA

Recientemente he tenido que hacer un pago, en el que se me obligaba a realizarlo a través de unas entidades bancarias distintas a la mía. Por proximidad escogí la oficina de La Caixa de Camilo Alonso Vega. Llevaba un rato esperando mi turno y cuando me iba a tocar se me comunica que son las 11 y cierran caja, siendo invitado a volver al día siguiente.

Salí de allí y me dirigí a la siguiente entidad más próxima, que fue el Bº Santander de la Avda. de Valdecilla. Allí me atendió una amable empleada, que salió a la calle conmigo y me enseñó a realizarlo yo mismo desde el cajero, comunicándome que esa iba a ser la forma de proceder de todas las entidades en el futuro.

Es triste que la banca, para seguir dando beneficios a nuestra costa, haya tenido que colocarnos las preferentes, ser saneada con dinero público, cobrarnos comisiones por tener nuestro dinero y hasta por respirar, habiendo conseguido finalmente que se nos imponga a nosotros hacer su trabajo, estando incluso jubilados, sin recibir ninguna remuneración por tal concepto.

Todo ello, con el consentimiento y la colaboración de los que dicen defender nuestros intereses, consiguiendo entre ambos aclararnos un poco más la disyuntiva de saber quién roba más, si el que atraca un banco o el que lo funda y quiénes son sus cómplices que, posiblemente, serán generosamente recompensados. 
A. José Salas, en Cartas al Director, de El Diario Montañés.