Estamos ante otro de las grandes medidas sociales aplicadas por los auto-encargados de mantener el orden mundial. En el siglo XX, se derribó el Muro de Berlín. Ahora en los Estados Unidos se está creando otro muro vergonzoso. ¿No son ellos los que presumen de ser los paladines de la libertad, la justicia, la democracia y la paz? Se crean un bunquer, evitando ser invadidos pacíficamente, mientras ellos pueden invadir a cualquiera militarmente.
El Senado de los Estados Unidos ha aprobado, por una mayoría aplastante (80 votos a favor y 19 en contra) el proyecto que, tras ser ratificado por el presidente George W. Bush, permitirá construir un muro de 1.200 kilómetros de longitud para separar el territorio de los EE UU de México. Se trata de un desesperado intento de frenar la inmigración que ha ido creciendo en los últimos años. Una verdadera marea de mexicanos, guatemaltecos,hondureños, nicaragüenses y de otros paises de la América hispana llegan hasta la frontera norteamericana para tratar de entrar en el país de las oportunidades y de la riqueza. La situación se ha hecho ya insostenible en una nación que ha nacido y crecido precisamente en base a la recepción de inmigrantes y eso es lo que debe hacer reflexionar sobre este fenómeno. La construcción del muro es una forma brutal de exponer el rechazo a nuevos 'sin papeles' y simultáneamente una expresión directa del fracaso de los países al sur del Río Grande que han sido incapaces de crear riqueza y de generar la estabilidad que demandan sus habitantes. Ese fracaso empuja hacia el norte a millones de personas que ahora se toparán con este muro que trata de detener una ola incontenible.
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