Si llegamos al final, lo que nos encontramos es la casa donde nació D. José María Quijano. Una enorme casona, con una capilla propia, en la que creo recordar que los obreros determinados días podían asistir a escuchar misa; varios escudos heráldicos, de los cuales el más grandilocuente es el de la portalada de acceso a la finca. La portalada parece ser que fue traída de San Felices. Viendo fotos de hace tiempo este escudo heráldico se ve perfectamente, hoy, en cambio es difícil, pues parte de él está cubierto de enredaderas.
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