El barrio fue para nuestros padres, un lugar de esfuerzos, sufrimiento y de sacrificio. Es cierto, que habían accedido a una casa, con unas características que no tenían otras viviendas que existían en el pueblo: agua corriente, fría y caliente, ducha, retrete, lavadero y habitaciones amplias para familias numerosas. Pero esa felicidad para ellos y sus hijos, implicaba horas de trabajo, en la fábrica, fuera de la misma y trabajar la huerta y el gallinero. Siempre con los gastos para la comida, para la ropa, pues los niños crecían y la ropa se quedaba pequeña, aunque pasaban de unos hermanos a otros, pero sufrían roturas, y nuestras madres procedían a hacer los remiendos o coser una nueva tela que ocultaban los rotos tan habituales en aquella época.
Ahora, es normal ver paseando por las calles a jóvenes presumiendo de las roturas que llevan en los pantalones, estos son la última moda y por tanto los más caros. En aquellos momentos eran signo de dificultades económicas, pero tampoco preocupaba mucho, pues era normal, no por lujo sino por imposibilidad de comprar uno nuevo.
Eso eran cosas de nuestros padres, nosotros no nos preocupábamos de si había dinero, si la ropa era la mejor de la tienda, si teníamos mucha ropa o solo la imprescindible y todos lo asimilábamos desde muy pequeños.
Para nosotros el barrio, durante la infancia y juventud, fue una fuente de alegría, de la que disfrutábamos con nuestros amigos. ¿Había muchas fuentes de distracción? Sí. Evidentemente, eran distintas a las que tienen los niños actualmente. No teníamos televisión en blanco y negro, y mucho menos en color, tampoco, la tablet, el móvil ni los juegos de ordenador. Pero teníamos el tiragomas, las cerbatanas, que hacíamos nosotros, las canicas, la peonza, la captura de grillos, la caza de pájaros, la comba, el escondite, las muñecas, la taba y otras muchas más actividades, que nos hicieron una vida feliz.
Antes de adentrarnos en el mundo de nuestros juegos y diversiones en el barrio con los amigos, debemos señalar que cada época, cada estación tenía unos juegos diferentes.
Hemos recordado las actividades en la que los vecinos del barrio, nos divertíamos a lo largo del año. Esas actividades, como hemos visto eran diferentes según la época del año. Estas diversiones no eran nada caras y los elementos de diversión los hacíamos nosotros mismo, con nuestras manos y a través de lo que nos aportaba la naturaleza. ¿Era mejor que los de ahora? Lo desconozco, lo que tengo muy claro, es que nos divertíamos, establecimos amistades que han durado muchos años, que recordamos no tanto con nostalgia, sino con alegría de los buenos ratos pasados.
José Francisco López Mora
No hay comentarios:
Publicar un comentario