Como hemos visto son muchos los familiares que se asentaron en el nuevo barrio. Pero también llama la atención los noviazgos que surgieron entre los hijos de los residentes. Posiblemente, fueron muchos los que iniciaron los típicos escarceos de la adolescencia, pero lo que si es cierto, es que tenemos constancia, de 14 vecinos que dieron el paso de casarse. Jóvenes, criados en el barrio que formaron nuevas familias, muchos de los cuales tuvieron que salir del barrio para iniciar un nuevo camino. El tiempo influyó en estas nuevas familias. Unas se rompieron, otras perdieron a una parte de la pareja y otros han continuado con su matrimonio. En cualquier caso, todos disfrutaron de una felicidad que surgió en el barrio. Veamos dichos matrimonios.
José Luis Ceballos Gutiérrez, hijo de Ricardo y Toña, residente en la casa nº 21, y Guadalupe Pereda Pereda, “Lupe”, hija de Juan y Emilia que vivía en la casa nº 37, contrajeron matrimonio y se trasladaron a vivir en el Bardalón. José Luis murió joven, y Lupe tuvo que tomar las riendas de la casa y de la familia.
Frutos Jara López, hijo de Julián y Cesárea, que vivía en la casa nº 2 y Maruja Crespo Saiz, hija de Horacio y María, que vivía en la zona del Cuartelón, concretamente en la casa nº 5, se casarón y se trasladaron a vivir a la Colonia Santa Margarita. Posteriormente fijaron su residencia en Torrelavega. Tienen dos hijos, una chica y un chico.
Antonia Jara López, “Toñi”, hija de Julián y Cesárea y hermana de Frutos, contrajo matrimonio con Alejandro Cobo Ruiz, “Jandro”, hijo de Victoriano y María, cuya vivienda se situaba al otro lado de la calle, concretamente en la casa nº 3. Residieron en varias zonas de Corrales, trasladándose a vivir a Torrelavega y tuvieron dos hijas.
Félix Sañudo Portilla, hijo de Félix y Engracia residente en la casa nº 64, se casó con Adela Obeso Castillo, hija de Lorenzo y Alicia que vivía en la casa nº 47. Actualmente, viven en la casa de los padres de Adela, siendo de los pocos vecinos actuales que viven en el barrio desde su construcción. De su relación nacieron dos hijas.
Gumersindo Vélez Arozamena conocido por todos como “Sindo”, era hijo de José y de su esposa Serafina, que residía en la casa nº 38, contrajo matrimonio con Soledad Tezanos Gutiérrez, “Solita”, hija de Natividad, que vivía en la casa nº 49. Cuando contrajeron matrimonio se trasladaron a vivir a la casa de “Solita”. El matrimonio no tuvo hijos.
Otro de los matrimonios que surgieron en el barrio, fue el de Manuel García Moro, “Lolo” y Trinidad, “Trini”, ambos vivían en el último edificio de dos casas que estaban una vez pasado el Muriago en dirección a la cambera, concretamente en las casas nº 75 y nº 76 respectivamente. Una vez casados se trasladaron a vivir a la casa de “Trini”. Tuvieron dos hijos. Con el tiempo, Lolo y su hijo mayor murieron a edad temprana.
Para terminar, otro de los matrimonios surgidos entre los vecinos del barrio son el de “Tinin” Pérez y Matilde Vicario Díaz “Curra”. Hay que recordar que “Tinín” era hijo de Celedonio y Emilia, que no estaban dentro del barrio de San Juan Bautista. Ellos vivían en una propiedad distinta y separada del barrio por medio de una pared. Pero también, es cierto que para nosotros formaban parte del barrio, por tanto lo consideramos un matrimonio entre dos personas que vivían en el mismo. “Curra” vivía en la casa nº 4 y cuando se casó se trasladó a vivir a la casa construida encima de la vivienda de Celedonio y Emilia, sus suegros. “Tinín” y “Curra” tuvieron dos hijos, Mari Carmen y Javi. Por desgracia, “Tinín” nos abandonó pronto.
Como vemos, son muchas las relaciones familiares que existían en nuestro barrio, y posiblemente hubo más vecinos con lazos familiares, pero en todo caso, si es cierto, que no éramos “millonarios” en dinero, pero si en cuanto a lazos de familia, que se fueron creando poco a poco, fue aumentando el parentesco a través de los hijos, de los primos, tíos, cuñados, suegros, consuegros, las nueras y los yernos, los nietos y en ocasiones biznietos. Casi podíamos decir que más que un “barrio con vecinos” nos encontramos con un “barrio de familiares”.
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